Atentados de 2004 en los trenes de Madrid

Placa conmemorativa de las víctimas en Haría, Lanzarote

El 14 de marzo de 2004, Abu Dujana al-Afghani, un supuesto portavoz de Al Qaeda en Europa, apareció en un vídeo reivindicando la autoría de los atentados.

La justicia española declaró que un grupo informal de musulmanes marroquíes, sirios y argelinos y dos informantes de la Guardia Civil y de la policía española eran sospechosos de haber perpetrado los atentados. El 11 de abril de 2006, el juez Juan del Olmo imputó a 29 sospechosos por su participación en los atentados de los trenes.

No se han encontrado pruebas de la participación de Al Qaeda, aunque el día de los atentados las Brigadas de Abu Hafs al Masri hicieron una reivindicación de Al Qaeda. Los funcionarios estadounidenses señalan que este grupo es «notoriamente poco fiable». En agosto de 2007, Al Qaeda afirmó estar «orgullosa» de los atentados de Madrid de 2004.

The Independent informó de que «los que inventaron el nuevo tipo de mochila bomba utilizada en los atentados habrían sido instruidos en campos de entrenamiento en Jalalabad, Afganistán, bajo la instrucción de miembros del Grupo de Combate Islámico Radical de Marruecos.»

Mohamed Darif, profesor de ciencias políticas en la Universidad Hassan II de Mohammedia, declaró en 2004 que la historia del Grupo de Combate marroquí está directamente ligada al ascenso de Al Qaeda en Afganistán. Según Darif, «desde su creación a finales de los años 90 y hasta 2001, el papel de la organización se limitaba a dar apoyo logístico a Al Qaeda en Marruecos, a encontrar a sus miembros lugares para vivir, a proporcionarles papeles falsos, a darles la oportunidad de casarse con marroquíes y a darles identidades falsas para que pudieran viajar a Europa. Sin embargo, desde el 11 de septiembre, que puso al Reino de Marruecos del lado de la lucha contra el terrorismo, la organización cambió de estrategia y optó por los atentados terroristas dentro del propio Marruecos»

El académico Rogelio Alonso dijo en 2007 que «la investigación había descubierto un vínculo entre los sospechosos de Madrid y el mundo más amplio de Al Qaeda». Scott Atran dijo que «no hay la más mínima evidencia de ninguna relación con Al Qaeda. Llevamos años investigando a fondo y hemos sido informados por todo el mundo bajo el sol… y no hay nada que los conecte». Proporciona una línea de tiempo detallada que da credibilidad a esta opinión.

Según el Centro Europeo de Inteligencia Estratégica y Seguridad, este es el único acto terrorista extremista en la historia de Europa en el que extremistas islámicos internacionales colaboraron con no musulmanes.

El ex presidente del Gobierno español José María Aznar dijo en 2011 que Abdelhakim Belhadj, líder del Grupo Islámico Combatiente Libio y actual jefe del Consejo Militar de Trípoli, era sospechoso de complicidad en los atentados.

Alegaciones de implicación de ETAEditar

Protesta anónima: «Los valientes son valientes hasta que el cobarde quiere».

Las reacciones inmediatas a los atentados de Madrid fueron las varias ruedas de prensa del presidente del Gobierno español, José María Aznar, en las que se implicó a ETA. El gobierno español mantuvo esta teoría durante dos días. Como las bombas se detonaron tres días antes de las elecciones generales en España, la situación tuvo muchas interpretaciones políticas. Estados Unidos también creyó inicialmente que ETA era la responsable, y luego se cuestionó si los extremistas islámicos eran los responsables. El tercer periódico español, ABC, calificó inmediatamente los atentados como «el más sangriento de ETA»

Debido a la teoría gubernamental, las declaraciones emitidas poco después de los atentados de Madrid, incluidas las del lehendakari Juan José Ibarretxe, identificaron a ETA como principal sospechosa, pero el grupo, que suele reclamar la responsabilidad de sus acciones, negó cualquier implicación. Pruebas posteriores apuntaron con fuerza a la implicación de grupos islamistas extremistas, nombrándose al Grupo Islámico Combatiente Marroquí como foco de las investigaciones.

Aunque ETA tiene un historial de montaje de atentados en Madrid, los ataques del 11 de marzo superaron cualquier intento de atentado realizado anteriormente por una organización europea. Esto llevó a algunos expertos a señalar que las tácticas utilizadas eran más típicas de los grupos extremistas islámicos militantes, tal vez con un cierto vínculo con Al Qaeda, o tal vez con una nueva generación de activistas de ETA que utilizan a Al Qaeda como modelo. Los observadores también señalaron que ETA acostumbra, aunque no siempre, a emitir avisos antes de sus atentados masivos y que no había habido ningún aviso para este atentado. El director de Europol, Jürgen Storbeck, comentó que los atentados «podrían haber sido de ETA… Pero estamos ante un atentado que no se corresponde con el modus operandi que han adoptado hasta ahora».

Los analistas políticos creen que la culpabilidad de ETA habría reforzado las posibilidades del PP de ser reelegido, ya que se habría considerado la agonía de una organización terrorista reducida a medidas desesperadas por la fuerte política antiterrorista del gobierno de Aznar. Por otro lado, un atentado extremista islámico habría sido percibido como el resultado directo de la participación de España en Irak, una guerra impopular que no había sido aprobada por el Parlamento español.

InvestigaciónEditar

Se cree que todos los artefactos estaban escondidos dentro de mochilas. La policía investigó las denuncias de tres personas con pasamontañas que subieron y bajaron varias veces de los trenes en Alcalá de Henares entre las 7:00 y las 7:10. Se encontró una furgoneta Renault Kangoo aparcada fuera de la estación de Alcalá de Henares que contenía detonadores, cintas de audio con versos del Corán y teléfonos móviles.

El jefe provincial de los TEDAX (los expertos en desactivación de bombas de la policía española) declaró el 12 de julio de 2004 que los daños en los trenes no podían ser causados por dinamita, sino por algún tipo de explosivo militar, como C3 o C4. Una fuente no identificada del gobierno de Aznar afirmó que el explosivo utilizado en los atentados había sido Titadine (utilizado por ETA, e interceptado de camino a Madrid 11 días antes).

En marzo de 2007, el jefe de los TEDAX afirmó que sabían que el explosivo sin detonar encontrado en la furgoneta Kangoo era Goma-2 ECO el mismo día de los atentados. También afirmó que «es imposible saber» los componentes de los explosivos que estallaron en los trenes -aunque luego aseguró que era dinamita-. El juez Javier Gómez Bermúdez respondió «no puedo entender» estas afirmaciones.

Examen de artefactos sin estallarEditar

Un informe radiofónico mencionaba un explosivo plástico llamado «Especial C». Sin embargo, el gobierno dijo que el explosivo encontrado en un artefacto sin detonar, descubierto entre las bolsas que se cree que son el equipaje perdido de las víctimas, era el Goma-2 ECO de fabricación española. El artefacto sin estallar contenía 10 kg (22 lb) de explosivo con 1 kg (2,2 lb) de clavos y tornillos empaquetados alrededor como metralla. Sin embargo, tras los atentados, el jefe de los forenses afirmó que no se encontró metralla en ninguna de las víctimas.

El Goma-2 ECO nunca había sido utilizado por Al Qaeda, pero el explosivo y el modus operandi fueron descritos por The Independent como marcas de ETA, aunque el Daily Telegraph llegó a la conclusión contraria.

Dos bombas, una en la estación de Atocha y otra en la de El Pozo, números 11 y 12, fueron detonadas accidentalmente por los TEDAX. Según el jefe provincial de los TEDAX, las mochilas desactivadas contenían algún otro tipo de explosivo. La bomba número 13, que fue trasladada a una comisaría, contenía dinamita, aunque no explotó porque le faltaban dos cables que conectaban los explosivos con el detonador. Esa bomba utilizaba un teléfono móvil (Mitsubishi Trium) como temporizador, lo que requería una tarjeta SIM para activar la alarma y así detonar. El análisis de la tarjeta SIM permitió a la policía detener a un presunto autor. El sábado 13 de marzo, cuando se detuvo a tres marroquíes y dos musulmanes paquistaníes por los atentados, se confirmó que éstos procedían de un grupo islámico. Sólo una de las cinco personas (el marroquí Jamal Zougam) detenidas ese día fue finalmente procesada.

La Guardia Civil desarrolló un amplio plan de actuación para controlar los registros correspondientes al uso de armas y explosivos. Se realizaron 166.000 inspecciones en todo el país entre marzo y noviembre de 2004. Se descubrieron unas 2.500 infracciones y se incautaron más de 3 toneladas de explosivos, 11 kilómetros de cordón detonante y más de 15.000 detonadores.

Suicidio de los sospechososEditar

Edificio dañado en Leganés donde murieron los cuatro terroristas

El 3 de abril de 2004, en Leganés, sur de Madrid, cuatro terroristas murieron en una aparente explosión suicida, matando a un agente del Grupo Especial de Operaciones (GEO) e hiriendo a once policías. Según testigos y medios de comunicación, entre cinco y ocho sospechosos escaparon ese día.

Las fuerzas de seguridad llevaron a cabo una explosión controlada de un paquete sospechoso encontrado cerca de la estación de Atocha y posteriormente desactivaron los dos artefactos no detonados en el tren de Téllez. Posteriormente, un tercer artefacto sin detonar fue trasladado desde la estación de El Pozo a una comisaría de Vallecas, y se convirtió en una prueba fundamental para la investigación. Al parecer, la bomba de El Pozo no llegó a estallar porque la alarma de un teléfono móvil utilizada para activar la bomba se activó con 12 horas de retraso.

Teorías de la conspiraciónEditar

Sectores del Partido Popular (PP), y algunos medios de comunicación, como el diario El Mundo y la cadena COPE, siguen apoyando las teorías que relacionan el atentado con una gran conspiración para desalojar del poder al partido gobernante. La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), la mayor asociación de víctimas del terrorismo en España, también apoya la conspiración.

Estas teorías especulan con la participación de ETA y de miembros de las fuerzas de seguridad y de los servicios secretos nacionales y extranjeros (Marruecos) en los atentados. Los defensores de la tesis de que ETA participó de alguna forma en los atentados del 11 de marzo han afirmado que existen pruebas circunstanciales que vinculan a los extremistas islámicos con dos etarras que fueron detenidos cuando circulaban por las afueras de Madrid en una furgoneta con 500 kilos de explosivos 11 días antes de los atentados de los trenes. La jueza madrileña Coro Cillán sigue instruyendo causas por teoría de la conspiración, entre ellas una en la que se acusa a funcionarios del Gobierno de ordenar el desguace de los vagones bombardeados para destruir pruebas.

Política de invasión de IrakEditar

La opinión pública parecía convencida de que los atentados de Madrid eran consecuencia del alineamiento del Gobierno de Aznar con Estados Unidos y su invasión de Irak. Los terroristas detrás del atentado del 11-M tuvieron cierto éxito por el resultado de las elecciones. Antes del atentado, el Partido Popular en funciones lideraba las encuestas con un 5%. Se cree que el Partido Popular habría ganado las elecciones si no hubiera sido por el ataque terrorista. El Partido Socialista, dirigido por José Luis Rodríguez Zapatero, acabó ganando las elecciones por un 5%. El Partido Socialista había pedido la retirada de las tropas españolas de Irak durante su campaña. Zapatero prometió retirar las tropas españolas antes del 30 de junio de 2004, y las tropas se retiraron un mes antes de lo previsto. El 28% de los votantes dijo que los bombardeos influyeron en su opinión y en su voto. Se calcula que un millón de votantes cambiaron su voto al Partido Socialista tras los atentados de Madrid. Estos votantes que cambiaron su voto ya no estaban dispuestos a apoyar la postura del Partido Popular sobre la política de guerra. Los atentados también influyeron en el voto de 1.700.000 ciudadanos que no pensaban votar en un principio. Por otro lado, los atentados terroristas desanimaron a 300.000 personas a votar. En general, hubo un aumento neto del 4 por ciento en la participación electoral.

JuicioEdit

El juez Juan del Olmo consideró culpables de los atentados del 11 de marzo a «células locales de extremistas islámicos inspiradas a través de Internet», no al Grupo Islámico Armado ni al Grupo Islámico Combatiente Marroquí. Estas células locales están formadas por traficantes de hachís de origen marroquí, remotamente vinculados a una célula de Al Qaeda ya capturada. Estos grupos compraron los explosivos (dinamita Goma-2 ECO) a ladrones de poca monta, policías y confidentes de la Guardia Civil en Asturias con dinero procedente del pequeño tráfico de drogas.

Según El Mundo, «las notas encontradas al confidente marroquí ‘Cartagena’ prueban que la Policía tenía vigilados a los líderes de la célula responsable de los atentados del 11 de marzo». Sin embargo, ninguna de las notas hace referencia a la preparación de ningún atentado terrorista.

El 15 de febrero de 2007 comenzó el juicio contra 29 acusados. Según El País, «el tribunal desmontó una a una todas las teorías conspirativas» y demostró que cualquier vinculación o participación de ETA en los atentados era engañosa o carecía de fundamento. Durante el juicio, los acusados se retractaron de sus declaraciones anteriores y negaron cualquier implicación. Según El Mundo, las preguntas de «por quién, por qué, cuándo y dónde se planearon los atentados de los trenes de Madrid» siguen «sin respuesta», porque los presuntos autores intelectuales de los atentados fueron absueltos. El Mundo también afirma -entre otros reparos- que la justicia española llegó a conclusiones «científicamente poco sólidas» sobre el tipo de explosivos utilizados en los trenes, y que no se encontró ningún vínculo directo con Al Qaeda, lo que «desacredita el argumento clave de la versión oficial». El antropólogo Scott Atran describió el juicio de Madrid como «una completa farsa», señalando el hecho de que «no hay la más mínima prueba de ninguna relación operativa con Al Qaeda». Por el contrario, «la abrumadora mayoría de en Europa no tiene nada que ver con Al Qaeda, salvo una vaga relación de ideología».

Aunque el juicio se desarrolló sin problemas en sus primeros meses, 14 de los 29 acusados iniciaron una huelga de hambre en mayo, en protesta por el papel supuestamente «injusto» de los partidos políticos y los medios de comunicación en el proceso judicial. El juez Javier Gómez Bermúdez se negó a suspender el juicio a pesar de la huelga, y los huelguistas de hambre terminaron su ayuno el 21 de mayo.

La última vista del juicio se celebró el 2 de julio de 2007.Las transcripciones y vídeos de las vistas pueden verse en datadiar.tv.

El 31 de octubre de 2007, la Audiencia Nacional de España dictó sus sentencias. De los 28 acusados en el juicio, 21 fueron declarados culpables de una serie de cargos que van desde la falsificación hasta el asesinato. Dos de los acusados fueron condenados a más de 40.000 años de prisión cada uno.

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