Como el único anillo de poder del «Señor de los Anillos» de Tolkien,»el ácido desoxirribonucleico (ADN) es la molécula maestra de cada célula. Contiene información vital que se transmite a cada generación sucesiva. Coordina la fabricación de sí mismo y de otras moléculas (proteínas). Si se modifica ligeramente, puede tener graves consecuencias. Si se destruye sin posibilidad de reparación, la célula muere.
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Los cambios en el ADN de las células de los organismos multicelulares producen variaciones en las características de una especie. Durante largos períodos de tiempo, la selección natural actúa sobre estas variaciones para evolucionar o cambiar la especie.
La presencia o ausencia de pruebas de ADN en la escena de un crimen podría significar la diferencia entre un veredicto de culpabilidad y una absolución. El ADN es tan importante que el gobierno de los Estados Unidos ha gastado enormes cantidades de dinero para desentrañar la secuencia del ADN en el genoma humano con la esperanza de entender y encontrar curas para muchas enfermedades genéticas. Finalmente, a partir del ADN de una célula, podemos clonar un animal, una planta o quizás incluso un ser humano.
¿Pero qué es el ADN? ¿Dónde se encuentra? ¿Qué lo hace tan especial? ¿Cómo funciona? En este artículo, nos adentraremos en la estructura del ADN y explicaremos cómo se fabrica y cómo determina todos sus rasgos. En primer lugar, veamos cómo se descubrió el ADN.
El ADN forma parte de una clase de moléculas llamadas ácidos nucleicos. Los ácidos nucleicos fueron descubiertos originalmente en 1868 por Friedrich Meischer, un biólogo suizo, que aisló el ADN de células de pus en vendas. Aunque Meischer sospechaba que los ácidos nucleicos podían contener información genética, no pudo confirmarlo.
En 1943, Oswald Avery y sus colegas de la Universidad Rockefeller demostraron que el ADN extraído de una bacteria, Streptococcus pneumonia, podía hacer que las bacterias no infecciosas se volvieran infecciosas. Estos resultados indicaban que el ADN era la molécula que contenía información en la célula. El papel informativo del ADN se vio respaldado en 1952 cuando Alfred Hershey y Martha Chase demostraron que, para crear nuevos virus, un virus bacteriófago inyectaba ADN, y no proteínas, en la célula huésped (para más información, véase Cómo funcionan los virus).
Así que los científicos habían teorizado sobre el papel informativo del ADN durante mucho tiempo, pero nadie sabía cómo se codificaba y transmitía esta información. Muchos científicos suponían que la estructura de la molécula era importante para este proceso. En 1953, James D. Watson y Francis Crick descubrieron la estructura del ADN en la Universidad de Cambridge. La historia se describió en el libro de James Watson «La doble hélice» y se llevó a la pantalla en la película «La carrera por la doble hélice». Básicamente, Watson y Crick utilizaron técnicas de modelado molecular y datos de otros investigadores (como Maurice Wilkins, Rosalind Franklin, Erwin Chargaff y Linus Pauling) para resolver la estructura del ADN. Watson, Crick y Wilkins recibieron el Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento de la estructura del ADN (Franklin, que fue colaboradora de Wilkins y proporcionó un dato clave que reveló la estructura a Watson y Crick, murió antes de que se concediera el premio).