Aunque el coyote se encuentra actualmente en casi toda América del Norte, es un habitante relativamente nuevo de las regiones al este del Mississippi. Increíblemente adaptables, los coyotes se encuentran en casi todos los tipos de hábitat, incluso en nuestras zonas más urbanas. Su color, tamaño y aspecto varían a lo largo de la zona de distribución, pero suelen ser de color gris claro a amarillo pardo con el vientre de color gris claro a crema. Los machos adultos del noreste de EE.UU. suelen pesar entre 40 y 45 libras y las hembras entre 30 y 35 libras. Los coyotes son animales sociales y suelen ladrar y aullar para comunicarse; sin embargo, los coyotes que viven en zonas urbanas suelen ser más silenciosos. Son más activos por la noche y a primera hora de la mañana. Utilizan zonas protegidas como madrigueras, árboles huecos, grietas en las rocas y sotobosque espeso, así como espacios bajo cobertizos y cubiertas, como guaridas y zonas de descanso.
Los coyotes son principalmente carnívoros, pero también oportunistas. Su dieta tiende a reflejar las especies de presa más abundantes en su zona y suele incluir pequeños roedores, conejos, carroña, ciervos, aves acuáticas, ganado, aves de corral y, a veces, animales domésticos en libertad. Estacionalmente comen fruta y bayas. También son carroñeros y se alimentan de la carroña de animales grandes, como los ciervos. En las zonas pobladas también comen basura y comida para mascotas. Los ataques a perros y gatos pequeños son poco frecuentes, pero a veces se producen, sobre todo en zonas donde los coyotes se han habituado a los humanos. Aunque los coyotes son susceptibles de contraer la rabia, los informes documentados de coyotes con rabia son poco frecuentes en comparación con otras especies de cánidos.
Los coyotes que han sido alimentados, especialmente en barrios, parques y campamentos, suponen el mayor riesgo de atacar a las personas. Los coyotes que viven en zonas pobladas se acostumbran a las personas y se ven atraídos a los patios por los animales domésticos, la comida para mascotas, la basura y los posibles lugares de madriguera. Esta proximidad provoca ataques ocasionales a los humanos, incluyendo, en casos relativamente raros, ataques depredadores a niños pequeños. Para prevenir los conflictos es necesario aumentar la concienciación sobre la actividad local de los coyotes, proteger a los animales domésticos, eliminar la comida y el hábitat y, siempre que sea posible, hacer novatadas a los coyotes que invaden los patios y los parques.
Cómo evitar los conflictos con los coyotes:
- No alimente a los coyotes
- No deje que las mascotas anden sueltas o desatendidas
- No huya de un coyote
- Denuncie inmediatamente a los coyotes agresivos o sin miedo
- No cree conflictos – Si un coyote intenta evitar a los humanos y a las mascotas, no busque la oportunidad de hostigar o agravar al animal