Especialidades y afecciones Miocarditis/Pericarditis Miocarditis/Pericarditis

La miocarditis es la inflamación del músculo cardíaco y la pericarditis es la inflamación del revestimiento exterior del corazón. En ambos casos, el sistema inmunitario del organismo provoca la inflamación para intentar deshacerse de la infección o como respuesta a algún otro desencadenante. En el caso de la artritis reumatoide y las demás enfermedades no infecciosas, el organismo responde a algún factor desencadenante con una respuesta anormal o exagerada del sistema inmunitario.

El sistema inmunitario envía glóbulos blancos, denominados linfocitos y macrófagos, para responder al factor desencadenante (infección o factor no infeccioso). Los glóbulos blancos pueden atacar el músculo cardíaco, a veces destruyendo las células cardíacas cuando intentan destruir a los invasores (virus que viven dentro de las células cardíacas, bacterias u hongos) u otro desencadenante. Las células liberan sustancias similares a un veneno que interfieren en la capacidad del músculo cardíaco para contraerse. Y lo que es más importante, las propias células dañadas del músculo cardíaco pueden convertirse en antígenos, compuestos que desencadenan una mayor respuesta inmunitaria. Esta respuesta puede provocar aún más daños en las células del músculo cardíaco.

Inflamación

La gravedad y los efectos secundarios de la inflamación dependen de la causa exacta. En el caso de algunos virus, sólo se produce una leve inflamación en el revestimiento exterior del músculo cardíaco (pericarditis) que provoca la acumulación de líquido y síntomas como un dolor torácico agudo que puede empeorar al acostarse. En ocasiones, la acumulación de líquido puede ser bastante grande, de modo que el corazón no puede bombear bien. Esto es especialmente cierto si la causa de la pericarditis es una bacteria y no un virus.

A veces la inflamación se debe a un virus que ataca el músculo del corazón (miocarditis). El músculo cardíaco puede sufrir más lesiones cuando el sistema inmunitario del organismo intenta deshacerse del virus. Cuando se dañan demasiadas células del músculo cardíaco, éste puede debilitarse gravemente, de modo que el corazón no puede bombear con eficacia. El proceso puede ser rápido y puede provocar la muerte. Lo más habitual es que el corazón empiece a curarse por sí mismo. Si hay pocas células muertas, el corazón puede mejorar completamente, o al menos en parte. El músculo cardíaco se cura cambiando las células muertas por tejido cicatricial. El tejido cicatricial no se contrae y no puede ayudar al corazón a bombear. Si se forma suficiente tejido cicatricial, puede producirse una insuficiencia cardíaca congestiva (la incapacidad del corazón de bombear suficiente sangre para satisfacer las demandas del organismo).

¿Qué causa la miocarditis o pericarditis?

La miocarditis o pericarditis puede producirse a causa de una enfermedad inflamatoria del organismo, como la artritis reumatoide (ARJ), el lupus eritematoso sistémico, la dermatomiositis, la enfermedad de Kawasaki, la fiebre reumática u otras enfermedades no infecciosas. También pueden producirse como resultado de una infección (vírica, bacteriana o fúngica) del corazón.

¿Cómo se diagnostica la miocarditis o pericarditis?

El diagnóstico de la miocarditis es difícil porque se parece a muchas otras enfermedades. El diagnóstico se realiza en primer lugar mediante la historia clínica y un examen físico realizado por un médico. Un examen físico puede mostrar una frecuencia cardíaca rápida, una presión arterial anormal y una frecuencia respiratoria rápida, un examen anormal del corazón y los pulmones y, a veces, un hígado agrandado.

Muy pocos análisis de laboratorio o de sangre darán una respuesta rápida. Pruebas especiales como una radiografía de tórax, un electrocardiograma y un ecocardiograma pueden ayudar al diagnóstico. A veces se obtienen análisis de sangre para ayudar a mostrar la presencia o la causa de la inflamación.

La mejor forma de diagnosticar la miocarditis es examinar un pequeño trozo de músculo cardíaco bajo el microscopio. Las muestras del músculo cardíaco se toman con un bioptomo, un tubo fino y flexible con pequeñas mandíbulas cortantes en su extremo. El bioptomo se introduce a través de una vena del cuello del paciente y se coloca en el corazón. Una vez que el bioptomo está en posición, extrae muestras muy pequeñas de músculo cardíaco para su análisis.

La mejor forma de diagnosticar la pericarditis es mediante una ecocardiografía que muestre líquido alrededor del corazón. A veces se introduce una aguja en la zona que rodea el corazón para obtener una muestra del líquido para su análisis.

El médico examina entonces todos estos elementos para realizar el diagnóstico.

¿Cuáles son los síntomas de la miocarditis o la pericarditis?

Pueden aparecer síntomas de fiebre (un síntoma común de inflamación) sarpullido, diarrea, fatiga, ritmos cardíacos anormales, falta de aliento, dolor en el pecho y aturdimiento o desmayo. Algunos de estos son síntomas de insuficiencia cardíaca congestiva; sin embargo, puede haber otras causas.

¿Cómo se trata la miocarditis o la pericarditis?

A veces, la inflamación forma parte de otra enfermedad, como la artritis reumatoide, y al tratar la enfermedad primaria se trata también el corazón. Otras veces, es tan leve que no es necesario hacer nada. En los casos más graves, se utilizan antiinflamatorios como la aspirina o los esteroides. Hay otros medicamentos que también pueden utilizarse, pero que no han demostrado realmente su eficacia. Uno de estos medicamentos es la gammaglobulina intravenosa.

Además de tratar la inflamación, puede ser necesario administrar cuidados de apoyo como medicamentos para hacer que el corazón bombee mejor hasta que se cure. En casos muy graves de miocarditis con un corazón muy débil, puede ser necesario utilizar máquinas para ayudar al corazón a bombear. En la pericarditis, si la cantidad de líquido que se acumula alrededor del corazón es bastante grande, puede ser necesario extraerlo con una aguja o con una intervención quirúrgica para abrir el revestimiento que rodea el corazón y dejar que drene.

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¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la miocarditis o la pericarditis?

En la mayoría de los tipos de pericarditis, el pronóstico es muy bueno después de que se haya resuelto la inflamación y se haya tratado la infección si es necesario. En algunas ocasiones, se produce una recurrencia de la pericarditis, pero esto es más frecuente con una enfermedad inflamatoria subyacente.

En el caso de la miocarditis, el pronóstico depende de la causa subyacente. Es imposible predecir en qué categoría entrará un nuevo caso de miocarditis. Si se debe a una enfermedad inflamatoria del organismo, el pronóstico para el corazón suele ser bueno, ya que responde al tratamiento de la inflamación. Algunas causas de miocarditis tienden a resolverse con el tiempo sin tratamiento, como la fiebre reumática o la enfermedad de Kawasaki.

Con ciertos tipos de virus, pueden producirse daños en el corazón, aunque por lo general, el corazón mejora en parte, si no completamente. Si el corazón está levemente dañado, pueden ser necesarias muy pocas restricciones en la actividad, los medicamentos o el seguimiento. Si el daño es más grave, pueden ser necesarios más medicamentos. Si el corazón ha quedado gravemente dañado, pueden ser necesarios múltiples medicamentos para ayudar a que el corazón bombee mejor, pero finalmente puede ser necesario un trasplante de corazón.

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