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Sabéis que tengo una especial devoción por los países nórdicos y todo lo que les rodea. Desde sus paisajes, la gente, su cultura y, por supuesto, su maravillosa y diferente gastronomía. Sólo he podido estar allí una vez, de momento, pero espero y deseo que sean muchas más. Hoy os dejo una receta muy diferente a lo que estamos acostumbrados y que es una auténtica delicia, los Karjalanpiirakka o pasteles de Carelia.
Estos pasteles o tartas son tradicionales en la región de Carelia, un pueblo que ocupa una amplia zona compartida entre Finlandia y Rusia. Qué podemos esperar de ellos? Un delicioso manjar… salado. Sí, salado, no es dulce.
Historia y tradición.
La tarta de Carelia se introdujo en los años 1600-1700 en la actual región de Finlandia oriental, desde donde llegó al resto de Finlandia e incluso a Suecia. La primera información escrita sobre estos pasteles data de 1686.
Tradicionalmente, la base de estos pasteles se elabora con harina de centeno, aunque en algunas regiones como Carelia del Norte y Carelia Ladoga, se preparan con una mezcla de harina de trigo y centeno para mejorar la cocción. Se dice que los auténticos pasteles de Carelia no deben contener menos de la mitad de harina de centeno en su base.
Los rellenos más comunes en el pasado eran de cebada y talkkuna. Esta última es una mezcla de harina tostada tradicional de Estonia y Finlandia compuesta por cebada, centeno, avena y harina de guisantes. Era un alimento no perecedero que podía transportarse fácilmente y comerse como tentempié untándolo con mantequilla. Hoy en día se utiliza para hacer algunos postres o como parte del desayuno con leche, suero de leche o kéfir con arándanos.
Gracias al comercio, el arroz y el mijo, llegaron a Finlandia en el siglo XVII, pero sólo estaba al alcance de los más ricos. Fue durante el siglo XIX cuando se exportó al campo y poco a poco se hizo accesible a toda la población utilizando como variantes los rellenos de estos pasteles.
El cultivo de la patata comenzó en Finlandia a finales de la década de 1720 y, en el siglo XIX, se introdujo por primera vez como relleno junto con el trigo sarraceno.
Actualmente.
Hoy en día la receta más tradicional se hace con una base fina de centeno y un relleno de arroz acompañado de munavoi, mantequilla de huevo. Esta última es una de las innovaciones más populares de la cocina finlandesa, una mezcla de mantequilla y huevo duro picado.
Los pasteles de Carelia se convirtieron en un símbolo de la cultura carelia en la década de 1900. Hasta el punto de estar presentes en muchas pastelerías de las principales ciudades.
Se dice que tras la Guerra de Invierno y la Guerra de Continuación de Finlandia con la Unión Soviética, la población rural de Savo visitó a una mujer que regentaba una panadería. Les ofreció los pasteles de Carelia y quedaron encantados tanto con los pasteles como con el amable gesto de aquella mujer. Fue a partir de ese momento cuando este pastel pasó a formar parte del patrimonio cultural de Finlandia y desde entonces podemos encontrarlo en diferentes lugares.
Creando nuevas versiones.
A partir de este pastel, surgieron muchas versiones y creaciones basadas en él:
- Kakkara, horneada en una sartén.
- Kalitta, pastel de cangrejo similar al de Carelia, pero con un relleno más abundante.
- Keitinpiiras, similar a una crepe.
- Kukkopiirakoiksi, con forma de media luna, sobre todo en el sur y el istmo de Carelia.
- Kukkonen, más pequeño y de tamaño circular. Suele estar relleno de zanahoria, huevo cocido y pasas.
- Perunapiirakka, pastel circular con relleno de patata.
- Pyörö, pastel circular de unas 3,9 pulgadas (10 cm) de diámetro hecho con masa agria o avena. En los años 30 eran pasteles muy populares en los cafés. Se rellenaban con puré de patatas o sémola.
- Sipanniekka, muy similar a la tarta de Carelia pero con una abertura más ancha. Se suelen preparar los domingos por la mañana y se comen a mediodía acompañados de un guiso. Se hace con maíz, puré de patatas y talkunaa o cebada.
- Sultsina, elaborada en la Carelia de Ladoga y en la Carelia del Norte. Se prepara una masa fina y se cuece en el horno sobre brasas, se rellena en el momento de comer. Se rellenan con gachas, se cierran de la misma forma que doblamos el hojaldre para hacer una palmera y se pintan con abundante mantequilla.
- Tsupukka, se hace de forma similar a una crêpe, se cierra por la mitad y de nuevo por la mitad, quedando una forma cónica.
- Vatruska, (esta la dejé en el blog hace tiempo) de forma circular con el borde doblado hacia el interior. El relleno se puede aderezar con huevos, azúcar, nata y pasas.