Presentación de un caso: Un hombre de 85 años con antecedentes de VHC, hipotiroidismo con levotiroxina y anemia se presentó con una historia de 1 día de dolor corporal total. Declaró que se encontraba en su estado de salud habitual hasta la media tarde del día del ingreso, cuando desarrolló un dolor corporal súbito generalizado que empeoraba con la inspiración, junto con debilidad e hinchazón en las extremidades inferiores. No pudo caracterizar más el dolor. El paciente estaba agitado en el momento de la presentación, pero se centraba en su dolor, con un éxito mínimo cuando se intentaba distraerlo. Afirmó que había probado dos tylenol y dos advil para su dolor, sin alivio. El historial posterior no presentaba ninguna novedad, aparte de una visita al servicio de urgencias tres semanas antes por dolor de muelas, en la que se le administró amoxicilina y se le dio el alta. Posteriormente se le extrajeron 3 dientes. Las constantes vitales del paciente eran estables, el electrocardiograma mostraba un ritmo sinusal normal, y la radiografía de tórax no presentaba ninguna anomalía. Debido a la agitación, se le administró lorazepam y haldol en urgencias, sin efecto aparente sobre el dolor o la agitación. El hemograma y el análisis de orina no eran notables, y los electrolitos eran notables sólo por un sodio de 124 mEq/L. En el examen, el paciente estaba inquieto, agitado y mínimamente distraído, con un examen completamente normal, incluyendo fuerza y reflejos intactos. Sus piernas no tenían edema, aunque tenía sensibilidad difusa en las extremidades a la palpación. Como estaba bastante agitado y seguía insistiendo en que tenía las piernas hinchadas, se le hizo una prueba de alteración del estado mental. El TAC craneal no presentaba ningún signo, las pruebas de función hepática estaban ligeramente elevadas y eran compatibles con el VHC, el RPR era negativo y la TSH estaba elevada a 21,95 mUI/l. Se le administró levotiroxina por vía intravenosa, con una rápida mejoría de los síntomas. Al día siguiente, informó de que no tenía más dolor, y ya no estaba agitado; declaró que estaba completamente mejor. Explicó que había dejado de tomar la levotiroxina en el momento de la extracción de los dientes, tres semanas antes. A los dos días de reiniciar la levotiroxina, su hiponatremia se resolvió, y el paciente fue dado de alta a casa.
Discusión: La locura mixedematosa, también conocida como psicosis mixedematosa, es una manifestación del hipotiroidismo descrita por primera vez en la literatura en 1949, aunque se relacionó con el hipotiroidismo en la década de 1880. Aunque los síntomas psiquiátricos clásicos del hipotiroidismo son la depresión, el olvido y la fatiga, entre el 5% y el 15% de los pacientes hipotiroideos experimentan síntomas más manifiestos, como alucinaciones, paranoia y delirios. No se han identificado características psiquiátricas específicas en asociación con un estado mixedematoso, y pueden aparecer sin ninguna de las alteraciones globales observadas en la demencia. Lo inusual en este caso es un paciente que desarrolló una psicosis aguda tras la interrupción de su medicación sólo tres semanas antes de la presentación; el curso general para el desarrollo de tales síntomas es de meses a años. Sin embargo, sin una TSH ambulatoria reciente, es posible que este paciente haya estado subclínicamente hipotiroideo durante algún tiempo. Al igual que con todas las demás manifestaciones de hipotiroidismo, el tratamiento es con terapia de reemplazo de la tiroides, titulada a la TSH. Los síntomas psiquiátricos suelen resolverse en el plazo de una semana, y pueden acelerarse con la adición de antipsicóticos, aunque algunos pacientes informan de que la vuelta completa al estado inicial puede llevar meses.
Conclusiones: La locura del mixedema, una manifestación inusual del hipotiroidismo, debe tenerse en cuenta al evaluar los síntomas neuropsiquiátricos de nueva aparición, especialmente en el contexto de una enfermedad tiroidea conocida.