Las fracturas del hueso hioides son extremadamente raras y representan el 0,002% de todas las fracturas . Este tipo de fracturas es más frecuente en los hombres jóvenes que en las mujeres y es muy raro en los niños. Una reciente revisión de la literatura ha demostrado que este tipo de fracturas son cada vez más consecuencia de los accidentes de tráfico, mientras que en el pasado la causa más frecuente era la estrangulación.
Las fracturas del hueso hioides son poco frecuentes debido a la localización anatómica del hueso. El hueso en forma de U está bien protegido anterior y lateralmente por la mandíbula protruida y posteriormente por la columna cervical .
Las relaciones anatómicas del hueso hioides hacen extremadamente difícil que se produzca una fractura aislada cuando los pacientes están en posición relajada. Como resultado de su relación con las estructuras circundantes, las fracturas del hueso hioides suelen estar asociadas a lesiones de la mandíbula, la columna cervical, la laringe y la faringe. Estas lesiones relacionadas suelen ser más urgentes desde el punto de vista médico, por lo que las fracturas del hioides pueden no reconocerse inmediatamente. Los síntomas que presentan los pacientes con fracturas del hueso hioides pueden variar mucho.
Los síntomas más comunes incluyen dolor en la parte anterior del cuello, anomalías relacionadas con la deglución, como disfagia u odinofagia, y dolor al girar la cabeza. El hallazgo más común en el examen clínico es la sensibilidad durante la palpación de la parte anterior del cuello, la hinchazón visible del cuello y la incapacidad de rotar completamente la cabeza. La endoscopia de fibra óptica estándar suele revelar laceraciones faríngeas, hematomas, edema y fragmentos del hueso hioides que sobresalen a través de la mucosa faríngea. Se han descrito varias técnicas para mejorar la visualización de los senos piriformes y las zonas post-cruzadas. Estas técnicas incluyen: la maniobra de Valsalva modificada, la maniobra de Trompeta y la tracción cutánea. Spielmann et al. recomiendan el uso de la maniobra de Valsalva durante la nasendoscopia rutinaria.
El diagnóstico se suele confirmar con el uso de la TC. No hay consenso sobre el manejo de las fracturas del hueso hioides en la literatura. Los casos se tratan de forma individual y las decisiones se toman en función de las lesiones asociadas, los síntomas y las complicaciones potenciales o reales . Las fracturas cerradas del hueso hioides no suelen ser complicadas y se tratan de forma conservadora siempre que la vía aérea esté asegurada1. El paciente puede ser ingresado y observado durante un corto periodo de tiempo antes de ser dado de alta a casa. El seguimiento en las dos semanas siguientes suele mostrar la recuperación de los síntomas y la curación de la fractura del hioides. Aunque en la literatura se ha descrito un método para la reducción cerrada, no suele ser necesario.
En el caso de una fractura compuesta externa, se debe explorar y desbridar la herida del cuello, aunque la extracción del hueso hioides en sí no es esencial. En las fracturas compuestas que implican laceraciones faríngeas, el tratamiento quirúrgico implica el desbridamiento de la exposición y el drenaje del espacio retrofaríngeo y otros espacios de tejidos blandos. Una sonda nasogástrica puede ayudar a estos pacientes con la curación de las laceraciones faríngeas y protegiéndolos de la aspiración. En una minoría de casos de fractura del hioides, se ha informado de un tratamiento quirúrgico.