Discusión
La mama es un órgano móvil variable en tamaño y morfología según la forma corporal de la paciente. Es relativamente fijo en su aspecto medial y superior, y relativamente móvil en el aspecto lateral e inferior. Durante la mamografía, la mama debe separarse de la pared torácica. Hay que desplazarla desde el margen móvil hasta el margen inmóvil para incluir el máximo de tejido. Es necesario comprimirla adecuadamente y estabilizarla antes de la toma de imágenes.
La posición de la mama es el factor clave que afecta a una mamografía.1-5 Durante la mamografía, muchos casos están mal posicionados y se obtienen resultados mamográficos no concluyentes.6,7 La lesión puede identificarse sólo en una vista mamográfica (Fig. 8). Por lo tanto, es muy importante adaptar las imágenes mamográficas a las necesidades específicas de cada paciente. Una compresión adecuada ayuda a extender el tejido mamario y evita la distorsión del parénquima mamario. También coloca el músculo pectoral y el pezón al mismo nivel. La compresión también es útil para diferenciar entre una lesión y una estructura normal superpuesta, ya que separa las islas de tejido denso superpuestas. A veces, se utiliza un dispositivo de compresión puntual, con o sin aumento, para delimitar mejor la zona de interés8 (Fig. 9).
(A) Una lesión bien definida que se ve en la vista CC. No se aprecia bien en una vista MLO y (B) una lesión quística que ocupa espacio vista en la ecografía.
Vista MLO: (A) se observa una lesión dudosa y (B) la compresión del punto con aumento muestra un parénquima normal.
Durante la vista CC, la colocación del paciente se realiza de forma que el pezón quede aproximadamente en el centro del detector. El detector debe ajustarse según el hábito de la paciente. Si está bajo, el pecho colgará y el pezón rodará hacia abajo. También se formarán pliegues de piel. Si se coloca alto, se perderá una parte posteroinferior considerable de la mama. Se hace que la paciente se incline hacia la máquina para acercar la mama al detector. Esto hace que la mama se estire hacia delante y se incluya en la mamografía la parte posterior superior de la misma. La parte inferior de la mama tiene que apoyarse y levantarse para que los tejidos más profundos y también los más bajos se incluyan en la vista CC. El hombro, del lado que se está visualizando, se empuja hacia abajo para relajar el músculo pectoral y así incluir el tejido mamario en el cuadrante exterior. La visualización del músculo pectoral en la vista CC implica que no se ha excluido ningún tejido a lo largo de la pared torácica (Fig. 1).
También durante la vista MLO, se hace que la paciente se incline hacia el equipo para obtener la máxima visualización del tejido. El brazo C del mamógrafo se gira a 45 para demostrar la máxima cantidad de tejido mamario y músculo pectoral. A veces, el ángulo se individualiza según el tamaño de la mama (± 10). Se pide a la paciente que se relaje y se hace un esfuerzo para incluir el máximo de tejido mamario, incluyendo la axila, la cola axilar y el pliegue inframamario. La otra mama de la paciente que no es objeto de la imagen se presiona suavemente contra el cuerpo y se mantiene fuera del camino.
Todas estas maniobras durante el posicionamiento de la mamografía requieren un radiógrafo dedicado. Hemos comprobado que contar con una ayudante femenina que asista en el posicionamiento es una gran ayuda. También explicamos a la paciente el procedimiento de imagen que se va a realizar y sobre la compresión de la mama. Esto ayuda y las pacientes están dispuestas a sufrir las molestias de la compresión mamaria y a cooperar durante el procedimiento. La atención cuidadosa durante la toma de imágenes puede eliminar la mayoría de los artefactos mamográficos y aumenta el rendimiento de la mamografía.9 Los artefactos de posicionamiento dependen del operador y pueden mejorarse mediante la formación.10-12 Ocasionalmente, si hay múltiples deficiencias en la mamografía resultante, repetimos la mamografía o hacemos una ecografía de la mama respectiva si es necesario.
En nuestro estudio, encontramos que la mala posición del pezón era muy común. El posicionamiento incorrecto del pezón puede deberse a veces a razones anatómicas o patológicas (retracción) y no a un posicionamiento incorrecto. El examen clínico de la paciente antes de la mamografía ayuda a evitar las falacias. En las pacientes obesas, cuando la compresión es inadecuada, el pezón tiende a rodar hacia abajo. También cuando la paciente no está cómoda y se mueve ligeramente, ocurre lo mismo. Esto puede aparecer como una lesión de masa dudosa en la mamografía resultante. A veces es necesario repetir el estudio mamográfico, lo que supone una mayor exposición a la radiación para la paciente. Además, puede ser necesaria una ecografía para descartar la falacia (Fig. 10). Esto supone un aumento del trabajo tanto para la paciente como para el radiólogo. Además, se consume tiempo y dinero extra innecesariamente.
Rodado en el pezón que aparece como una lesión que ocupa espacio en una vista MLO de la mama derecha. La ecografía de la mama era normal.
En un número considerable de mamografías, también encontramos que había falacias respecto a la posición del músculo pectoral. Estudios anteriores13-16 han indicado que aceptar incluso un posicionamiento límite que reduzca la visualización del músculo pectoral o del pezón puede aumentar la probabilidad de pasar por alto un cáncer de mama invasivo y reducir la sensibilidad de la mamografía. Se debe hacer un esfuerzo para obtener la vista MLO ideal como se ha explicado anteriormente.
Para concluir, la detección temprana del cáncer de mama depende de una técnica de imagen de alta calidad. El posicionamiento es el factor más importante que afecta a la imagen mamográfica resultante. Durante la mamografía, muchos casos se posicionan de forma incorrecta y, como resultado, el examen mamográfico no es concluyente. Un posicionamiento inadecuado también puede dar lugar a diversos artefactos y la patología mamaria puede pasar desapercibida. Para evitar todas estas falacias, el examen debe adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente. Si se cometen errores, aunque sean mínimos, en el posicionamiento, aumenta la probabilidad de no ver el cáncer de mama y se reduce la sensibilidad de la mamografía.