Discusión
El diagnóstico del síndrome de la duodécima costilla se basa totalmente en los síntomas clínicos y se confirma mediante la reproducción del mismo dolor a través de la manipulación de la duodécima costilla utilizando la «maniobra de enganche». Hemos utilizado la maniobra de enganche para diagnosticar a dos pacientes en los que no se pudo encontrar la causa del dolor. Además, se realizó un bloqueo del nervio intercostal para confirmar el diagnóstico y aliviar el dolor de los pacientes. La maniobra de enganche es sencilla y fácil de realizar, y la sensibilidad de la prueba es del 70,4%.9
En general, hay 12 pares de costillas, que se clasifican en verdaderas, falsas y flotantes. Las costillas verdaderas (costillas 1-7) están directamente conectadas al esternón por el cartílago costal. Las costillas falsas (costillas 8-10) están conectadas indirectamente al esternón. Sus cartílagos costales se unen al séptimo cartílago costal. Las costillas flotantes (costillas 11 y 12) no están conectadas al esternón.10 Además de estas diferencias anatómicas, la duodécima costilla es más corta que las otras costillas y tiene una sola faceta articular. Sin embargo, muchas estructuras están unidas a la duodécima costilla, incluyendo el cuadrado lumbar, la cavidad pleural costodiafragmática, el ligamento lumbocostal, el elevador costal inferior, el longissimus thoracis, el iliocostalis, el serratusposterior inferior, el latissimus dorsi y el músculo oblicuo externo. Debido a estas características anatómicas, la duodécima costilla es muy móvil y puede irritar el nervio subcostal.4 El nervio subcostal viaja con la vena y la arteria subcostales. A continuación, se desplaza posteriormente hacia el riñón y anteriormente hacia el cuadrado lumbar y continúa entre el transverso abdominal y los músculos oblicuos internos, donde inerva los músculos laterales de la pared abdominal.11 Por lo tanto, el dolor de un nervio subcostal irritado puede producirse en la ingle o en la zona suprapúbica, así como en la zona del lomo. El dolor puede exagerarse con un movimiento específico o un cambio de posición, como la flexión lateral, la rotación del tronco o el levantarse de una posición sentada.4 Estos pacientes suelen ser remitidos a una clínica de urología para que se les realice un estudio mediante TAC o resonancia magnética, que son innecesarios. No se encuentran las causas de su dolor, y los pacientes reciben un tratamiento inadecuado y siguen experimentando un dolor prolongado.
Los tratamientos iniciales del dolor son conservadores e incluyen fisioterapia, aplicación de calor y ultrasonidos en la costilla afectada, y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos.5 Si estos tratamientos no son eficaces, debe considerarse la posibilidad de realizar una infiltración más invasiva con anestésicos locales, como el bloqueo del nervio intercostal o los bloqueos costovertebrales4.2 En el presente estudio, dos pacientes fueron tratados con un bloqueo del nervio intercostal y permanecieron sin dolor durante al menos una semana. El bloqueo es eficaz durante al menos la duración de los anestésicos locales y a menudo proporciona un alivio a largo plazo,5 y se requieren repetidos bloqueos nerviosos si el dolor reaparece. Dado que nuestros pacientes se perdieron durante el seguimiento, no sabemos si el dolor reapareció o si fue necesario un bloqueo nervioso adicional. Esta es la limitación de nuestro estudio. El dolor se resuelve ocasionalmente mediante la extirpación de la costilla afectada.12 La duración media del alivio del dolor a largo plazo en pacientes con síndrome de la duodécima costilla es, según se informa, de 17 meses,3 y la de los pacientes con síndrome de la costilla deslizante es de 2,2 años.13
Tanto las causas urológicas como otras causas, como el síndrome de la duodécima costilla, deben tenerse en cuenta en los pacientes que tienen dolor lumbar en la ingle o en la zona suprapúbica. La simple manipulación de la costilla afectada es fácil y confirma el síndrome de la duodécima costilla. Se debe realizar un diagnóstico precoz y administrar el tratamiento adecuado para aliviar el dolor y evitar exámenes, costes y tiempo innecesarios.