En muchos lugares del cerebro, las neuronas adyacentes tienen campos receptivos que incluyen porciones del campo visual ligeramente diferentes, pero que se superponen. La posición del centro de estos campos receptivos forma un mosaico de muestreo ordenado que cubre una porción del campo visual. Debido a esta disposición ordenada, que surge de la especificidad espacial de las conexiones entre las neuronas de diferentes partes del sistema visual, las células de cada estructura pueden considerarse como una contribución a un mapa del campo visual (también llamado mapa retinotópico o mapa visuotópico). Los mapas retinotópicos son un caso particular de organización topográfica. Muchas estructuras cerebrales que responden a la entrada visual, incluyendo gran parte de la corteza visual y los núcleos visuales del tronco cerebral (como el colículo superior) y el tálamo (como el núcleo geniculado lateral y el pulvinar), se organizan en mapas retinotópicos, también llamados mapas de campo visual.
Las áreas de la corteza visual se definen a veces por sus límites retinotópicos, utilizando un criterio que establece que cada área debe contener un mapa completo del campo visual. Sin embargo, en la práctica la aplicación de este criterio es en muchos casos difícil. Las áreas visuales del tronco cerebral y del córtex que realizan los primeros pasos del procesamiento de la imagen retiniana tienden a organizarse según mapas retinotópicos muy precisos. El papel de la retinotopía en otras áreas, en las que las neuronas tienen grandes campos receptivos, todavía se está investigando.
El mapa retinotópico da forma al plegamiento de la corteza cerebral. Tanto en el área V1 como en la V2 de macacos y humanos el meridiano vertical de su campo visual tiende a representarse en los pliegues convexos de la corteza cerebral mientras que el meridiano horizontal tiende a representarse en sus pliegues cóncavos del sulci.