Los nervios de la médula espinal de tu bebé están unidos a cada conjunto de vértebras, pero a medida que tu bebé se alarga, la médula espinal no crece al mismo ritmo, y el extremo inferior acaba situándose a nivel medio-lumbar, a medio camino entre las caderas y la costilla más baja.
Por debajo del nivel medio-lumbar, los nervios que salen de la médula espinal se han alargado de manera que siguen saliendo entre las vértebras más bajas. En la vida adulta, la médula terminará ligeramente más arriba que en el recién nacido. Dado que la médula espinal no se extiende a lo largo de todo el canal vertebral, un espacio lleno de líquido llena la parte inferior.
Al final de esta semana, su bebé es capaz de utilizar la grasa como fuente de energía. Sin embargo, no se trata de una fuente de energía importante, ya que esa necesidad se satisface en gran medida con la glucosa que atraviesa la placenta desde tu torrente sanguíneo. Los ácidos grasos libres en su circulación cruzan fácilmente la placenta hacia su bebé y se utilizan para el crecimiento de los órganos, la formación de las paredes celulares, la fabricación de vainas de mielina alrededor de los nervios para aislarlos, y para muchas otras funciones.
El colesterol no sólo se suministra a su bebé por nacer a través de la placenta, sino que él también lo está formando dentro de su propio cuerpo. Por esta razón, su nivel de colesterol tiene poca relación con el de su bebé, que necesita ser alto para que éste produzca grasa, especialmente en los primeros meses de embarazo.