Antecedentes: La frecuencia respiratoria (RR) es un predictor independiente de resultados adversos y un componente integral de muchas puntuaciones de predicción de riesgo para adultos hospitalizados. Sin embargo, no está claro si la RR se registra con precisión. Se trató de evaluar la posible exactitud de la RR mediante el análisis de la distribución y la variación como un indicador, ya que la RR debería tener una distribución normal si se registra con exactitud.
Métodos: Realizamos un estudio observacional descriptivo de los datos de la historia clínica electrónica de las hospitalizaciones consecutivas de 2009 a 2010 de seis hospitales diversos. Se evaluó la distribución del RR máximo al ingreso, utilizando la frecuencia cardíaca (FC) como comparación, ya que ésta se mide objetivamente. Se evaluaron los patrones de RR entre subgrupos seleccionados que se espera que tengan una mayor variación fisiológica utilizando el coeficiente de variación (CV=SD/media).
Resultados: Entre 36 966 hospitalizaciones, el RR registrado no se distribuyó normalmente (p<0,001), sino que fue sesgado a la derecha (asimetría=3,99) con valores agrupados en 18 y 20 (curtosis=23,9). En cambio, la FC tuvo una distribución relativamente normal. Los pacientes con diagnóstico cardiopulmonar o hipoxia sólo tuvieron una variación modestamente mayor (aumento del CV del 2% al 6%). Entre los 1318 pacientes trasladados de la sala a la unidad de cuidados intensivos (n=1318), la variación de la FC el día anterior al traslado fue similar a la observada al ingreso (CV 0,24 frente a 0,26), incluso para los trasladados con insuficiencia respiratoria (CV 0,25).
Conclusiones: Los patrones observados sugieren que la RR se registra de forma inexacta, incluso entre aquellos con compromiso cardiopulmonar, y representa una estimación «puntual» con valores de 18 y 20 respiraciones por minuto que representan lo «normal». Mientras que las estimaciones puntuales pueden ser potencialmente adecuadas para indicar la estabilidad clínica, una RR inexacta puede conducir a una clasificación errónea de la gravedad de la enfermedad, lo que podría poner en peligro la seguridad del paciente. Por ello, se recomienda una mayor formación del personal hospitalario para registrar con precisión la RR.