Tres consejos para la enseñanza de la gramática en la escuela media y secundaria

Lo que la investigación nos dice sobre la enseñanza efectiva y atractiva de la gramática

McGraw Hill

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12 de febrero, 2020 – 5 min read

La gramática puede ser una asignatura difícil de enseñar para los educadores y de aprender para los alumnos. A pesar de su fama de difícil e incluso aburrida, aprender gramática puede ser tan natural e intuitivo para el cerebro como aprender a caminar. Desde el momento en que empezamos a entender el lenguaje, cómo formar palabras y comunicarnos verbalmente, nuestro cerebro comienza a percibir los matices de la sintaxis, la puntuación y los verbos irregulares y regulares (Pinker, 86). Nos damos cuenta de cómo el orden de las palabras puede cambiar el significado de una frase y de cómo una coma omitida puede significar la diferencia entre «¡Comamos abuelo!» y «¡Comamos, abuelo!»

La gramática es innata y está incorporada a nuestro cerebro. La clave para enseñarla es aprovechar la curiosidad natural de la mente y su inclinación a aprender.

1) Hazla interesante

La gramática no está anticuada, ni tampoco deberían estarlo las lecciones de gramática. Los estudios han confirmado que la enseñanza tradicional de la gramática -como la diagramación de la estructura de las oraciones, la memorización de la conjugación de los verbos y el patrullaje de los párrafos en busca de puntuación incorrecta- generalmente no mejora la escritura de los estudiantes, sino que puede, de hecho, disuadirlos de escribir en absoluto.

Pero hacer que las lecciones de gramática sean nuevas, interesantes, atractivas y, sobre todo, divertidas puede ayudar a motivar a los estudiantes y a reforzar su relación con el inglés.

La investigación científica sobre el aprendizaje ha ilustrado cómo hacer que una lección de gramática estilística sea convincente y más fácil de recordar. Susan Losee Nunan escribe,

«En primer lugar, la introducción debe ser novedosa, algo que se imprima en los cerebros maleables. Cambie el lugar. Utilizar materiales diferentes. Además, debe ser divertida, porque cuando una lección involucra las emociones, involucra la mente» (Nunan, 72).

Despierte el interés de sus estudiantes al principio de la lección proporcionando un ejemplo del mundo real de uso incorrecto de la gramática. Las letras de canciones populares son una opción atractiva: piense en «Bad Romance» de Lady Gaga, ya que «You and me could write a bad romance» debería ser realmente «You and I could write a bad romance».

Otra idea es hacer que los estudiantes practiquen la escritura, la puntuación y la sintaxis a través de mensajes de escritura creativa. Cuanto más singulares, mejor. Los alumnos pueden escribir cartas a un amigo por correspondencia extraterrestre, una entrada de un diario de hace doscientos años, un poema de tres estrofas o incluso una receta. Indique a los alumnos que tengan en cuenta un concepto gramatical mientras trabajan y que revisen sus escritos para comprobar su exactitud.

Para saber más sobre cómo hacer que sus lecciones de gramática sean divertidas, consulte este blog.

2) Hágalo real

La gramática no es sólo sintaxis y partes de la oración. No es sólo sustituir una coma que falta, eliminar un modificador que cuelga o corregir un tiempo verbal. La gramática es todo el sistema del lenguaje. Son las reglas que gobiernan cómo el significado y la función de las palabras cambian al interactuar unas con otras.

Para que los estudiantes comprendan y aprecien el amplio concepto de la gramática -en lugar de limitarse a memorizar sus componentes- es importante hacerlo tangible.

Muéstreles a los estudiantes cómo es la gramática en acción. Una forma de hacerlo es conectar las lecciones de gramática con «textos auténticos y apropiados para el grado para mostrar cómo la gramática y las reglas del lenguaje funcionan para mejorar la escritura. De este modo, los estudiantes aprenden sobre una habilidad o concepto gramatical concreto, a la vez que ven cómo los grandes escritores utilizan esos conceptos para comunicarse effectivamente con su público» (Nathan, 6).

El contexto es clave. Los estudiantes serán más perceptivos de la enseñanza de la gramática si ven cómo funciona en su propia escritura. Esta es una de las razones por las que la enseñanza de la gramática de forma aislada -o en lecciones independientes, ejercicios, pruebas u hojas de trabajo- rara vez es eficaz, ya que la gramática correcta no se aprende sentándose y memorizando las reglas de uso. La gramática correcta se aprende escribiendo» (Soiferman, 3).

Revise el trabajo de sus alumnos, identifique dónde tienen dificultades y destaque esas áreas en su enseñanza. Además, pida a los alumnos que lean sus escritos y anoten los errores que han cometido. Esto es especialmente eficaz, porque «cuando se permite a los estudiantes corregir sus propios errores, aprenden más que completando hojas de trabajo» (Soiferman, 5).

Por último, demuestre que la gramática es necesaria. Tener un gran dominio de la gramática es imprescindible para tener éxito en la universidad y en las carreras. Los estudiantes necesitarán dominar la gramática para escribir ensayos universitarios, completar sus SATS, solicitar trabajos y escribir correos electrónicos profesionales. El uso de estas tareas ayudará a los estudiantes a practicar la gramática en un entorno familiar y aplicable, a la vez que perfecciona sus habilidades sociales y emocionales.

3) Haz que sea memorable

Incorporar la práctica de la gramática en la enseñanza diaria puede permitir que se convierta en algo natural para los estudiantes. El uso de una variedad de textos apropiados para el grado para ilustrar las técnicas gramaticales puede ayudar a alimentar este proceso de aprendizaje.

Cuanto más se exponga a los estudiantes a diversos conjuntos de textos atractivos, más se exponen a cómo funciona la gramática. Esto no sólo aumenta el compromiso, la curiosidad y la confianza, sino que también ayuda a los estudiantes a recordar más fácilmente los conceptos gramaticales al «desgastar esa vía cerebral particular un poco más profundamente, haciendo que la herramienta de escritura sea más fácil de recuperar la próxima vez que el escritor desee lograr ese propósito estilístico específico» (Nunan, 72).

Y finalmente, anime a sus estudiantes a escribir. Escriban a menudo, escriban a diario. Al igual que cuando montan en bicicleta, cuanto más practiquen los alumnos el uso de la gramática y su aplicación en el contexto, más arraigadas estarán esas técnicas. Como resultado, se convertirán en escritores mejores y más seguros.

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