El 1,1,2,2-Tetracloroetano es un derivado clorado del etano. Tiene el mayor poder disolvente de todos los hidrocarburos clorados. Como refrigerante, se utiliza con el nombre de R-130.
En su día se utilizó ampliamente como disolvente y como producto intermedio en la producción industrial de tricloroetileno, tetracloroetileno y 1,2-dicloroetileno. Sin embargo, el 1,1,2,2-tetracloroetano ya no se utiliza mucho en Estados Unidos debido a la preocupación por su toxicidad.
La exposición crónica por inhalación en seres humanos provoca ictericia y un agrandamiento del hígado, dolores de cabeza, temblores, mareos, entumecimiento y somnolencia. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos lo ha clasificado como posible carcinógeno humano del Grupo C.
Para los límites de exposición ocupacional, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional ha establecido un límite de exposición permisible para las exposiciones dérmicas en 5 ppm sobre una media ponderada de ocho horas. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional tiene un límite de exposición recomendado más protector para exposiciones dérmicas de 1 ppm sobre una media ponderada de ocho horas.