En 1973, el vicepresidente republicano Spiro Agnew se vio obligado a dimitir tras una controversia sobre sus impuestos personales. Según los términos de la 25ª Enmienda, la vacante de vicepresidente se cubre cuando el presidente nombra a un candidato que es confirmado por ambas cámaras del Congreso. El presidente republicano Richard Nixon tuvo así la tarea de seleccionar un vicepresidente que pudiera recibir el apoyo mayoritario de ambas cámaras del Congreso, que estaban controladas por los demócratas.
El presidente Nixon consideró la posibilidad de seleccionar al ex gobernador de Texas, John Connally, al gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller, y al gobernador de California, Ronald Reagan. Sin embargo, Nixon se decantó por el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Gerald Ford, de Michigan, un republicano moderado que gozaba de popularidad entre los miembros del Congreso y que era buen amigo de Nixon. Ford obtuvo la aprobación de ambas cámaras por amplios márgenes, y prestó juramento como el 40º Vicepresidente de los Estados Unidos el 6 de diciembre de 1973. En 1974, Ford ascendió a la presidencia después de que el escándalo del Watergate provocara la dimisión del presidente Nixon.