Aunque afecta a una pequeña proporción de la población, la tricotilomanía es una enfermedad relativamente conocida. Una rápida búsqueda en Google da como resultado docenas de ensayos personales, grupos de apoyo y vídeos de YouTube dedicados a hablar sobre el tirón compulsivo del pelo. Dicho esto, los signos de la tricotilomanía van más allá de lo que la mayoría de la gente entiende; al igual que muchos trastornos psicológicos, hay algo más en juego que los síntomas fácilmente reconocibles, en este caso, tirarse del pelo. El impulso irresistible de arrancarse el pelo es la característica que define a la tricotilomanía, pero hay una serie de otros comportamientos necesarios para llevarla al terreno de los trastornos.
La tricotilomanía es uno de los varios trastornos del espectro obsesivo-compulsivo, que comparten algunas similitudes con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Al igual que el TOC, la tricotilomanía se caracteriza por las compulsiones, concretamente por el impulso irresistible de arrancarse el pelo. Las personas suelen centrarse en el cuero cabelludo, pero no es raro que se arranquen las cejas, las pestañas o incluso el vello púbico. Para que se considere tricotilomanía, el Manual Estadístico de Diagnóstico (DSM) 5 señala que el tirón de pelo tiene que ser tan extenso que provoque la caída del cabello, normalmente en forma de calvas.
Para algunas personas, la acción puede ser tan automática que no se dan cuenta de que lo están haciendo, mientras que otras pueden tener rituales específicos en torno al tirón de pelo. Las características específicas del trastorno son diferentes para cada persona, pero hay una serie de signos a los que hay que prestar atención. Examinemos algunos de ellos a continuación.
Encuentra alivio al arrancarse el pelo
Un aspecto central de la tricotilomanía es el alivio que se produce al arrancarse el pelo; esto a veces va precedido de una sensación de tensión que sólo puede ser liberada por el comportamiento, especialmente si está resistiendo el impulso. (Si estás familiarizado con el TOC, sin duda reconocerás que ésta es más o menos la definición de una compulsión, aunque la tensión que se siente con la tricotilomanía no es necesariamente ansiedad.)
El impulso de pellizcarse es incontrolable
Las personas con tricotilomanía pueden intentar resistirse al impulso, pero uno de los criterios del trastorno es su naturaleza incontrolable – puedes intentar parar, pero no puedes sin ayuda.
Desarrolla manchas de calvicie
Como se ha comentado anteriormente, el tirón de pelo tiene que ser tan intenso que provoque el adelgazamiento o la pérdida total del cabello en las zonas afectadas.
Intentas ocultarlo
La tricotilomanía conlleva un sentimiento de vergüenza en torno a los tirones de pelo, lo que hace que muchas personas hagan grandes esfuerzos para intentar ocultar los signos del trastorno, especialmente si empiezan a formarse calvas. Sin embargo, las acciones pueden llegar a ser tan automáticas que algunas personas con tricotilomanía ni siquiera se dan cuenta de que se están arrancando el pelo.
Es duradera
La tricotilomanía es un trastorno crónico que a menudo, pero no siempre, comienza en la infancia y continúa hasta la edad adulta. Aunque puede mejorar o empeorar a lo largo de la vida, la tricotilomanía suele ser un trastorno crónico.
Empeora con el estrés
Los investigadores han observado muchas similitudes entre la tricotilomanía y el TOC, a saber, la naturaleza ritual de las acciones y la sensación de alivio al realizarlas. Al igual que las personas con TOC, la Fundación Internacional de TOC escribe que las personas con tricotilomanía pueden encontrar que sus síntomas empeoran durante los momentos de cambio, ya sean negativos o positivos.
No es autolesión
Es fácil asumir que tirarse del pelo proviene de un deseo de autolesionarse, pero las personas con tricotilomanía no suelen intentar hacerse daño más que alguien que se muerde las uñas. Como señala el Centro de Aprendizaje de la Tricotilomanía, el trastorno se asemeja más a tics o rituales que a autolesiones.
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