© Cortesía de Seix Barral
Recomienda: Xacobe Pato Gigirey, librero en Cronopios (Santiago de Compostela).
«Hay un montón de historias en las que el amor se tuerce y se convierte en desamor. En Feliz final (Seix Barral, 2018), de Isaac Rosa, ocurre al revés: el desamor deviene en amor. La novela está contada de atrás hacia delante: con el final (un piso vacío, sin muebles) al principio, y el principio (un congreso) al final. Como dos arqueólogos, Ángela y Antonio van levantando capas de rencor y pequeños y delicados buenos momentos para detectar el momento exacto en que sus ritmos se desacompasan. De esta autopsia, o de este estudio arqueológico, se extrae una conclusión: la perspectiva lo es todo en el relato amoroso. Si explicamos el amor del principio al final, cada paso parece un impulso suicida hacia un final inevitable y desastroso. Al ir rebobinando el relato, uno descubre por qué la idea que tenemos del amor siempre merece la pena».
© Cortesía de Periférica
Recomienda: Pilar Torres, librera en La Buena Vida (Madrid).
«El amor, ese músculo que necesita ejercitarse en tantos momentos y situaciones como nos permita la vida, tiende muchas veces a pasar por temporadas donde es más bien una desgracia. Es lo que le pasa a la protagonista de El Agrio (Periférica, 2009), de Valérie Mréjen, un pequeño libro que sirve para recorrer París sin que acabemos apestados con el aroma del amor: en sus restaurantes hay cenas incómodas, bancos en los que esperar más allá de la hora convenida y vueltas solitarias a casa con la cabeza llena de ideas y explicaciones. Porque, por desgracia, uno no sabe cuánto tiempo va a quedarse enganchado a una historia».
© Cortesía de Dos Bigotes
Recomienda: Beatriz Menéndez, librera en @rereadguzmanelbueno.
«Nadie debería perderse A Virginia le gustaba Vita (Dos Bigotes, 2016), de Pilar Bellver. Esta historia de amor entre dos personas que se deseaban, pero, sobre todo, que se admiraron, respetaron y quisieron hasta la muerte de Virginia. Un homenaje de Bellver a la literatura, a Woolf, a la aristócrata inglesa Vita Sackville-West, a su relación y a las mujeres en general. El poder de la amistad, del amor entre amigas, siempre infravalorado, es aquí un ejercicio de lucidez ficcionado. «Qué placer sería poder tener amistad con mujeres: ¡una relación tan secreta y privada comparada con las relaciones con los hombres!», había escrito Woolf en uno de sus diarios. Para la extraordinariamente inteligente Virginia, nada era sencillo, mucho menos comprensible. Luchó siempre contra la oscuridad con todas las armas a su alcance, pero los demonios la arrastraban cada vez más abajo. Un año antes de meterse en el río con los bolsillos llenos de piedras, Woolf escribió, en alusión a Vita: «Me alegra que nuestro amor haya capeado la situación tan bien».
© Cortesía de Anagrama
Recomienda: Ana Gándara, editora de Belleza en Vogue.es.
«Lo confieso, solo me gustan las historias de grandes amores si acaban en tragedia (teniendo en cuenta que El gran Gatsby se publicó en 1925, creo que hemos superado el momento spoiler). Fitzgerald hace que te introduzcas en las fastuosas fiestas de los años 20 como si tú fueses la acompañante de Nick Carraway, disfrutando del viaje en el tiempo mientras deseas descubrir quién es Gatsby. Y, por supuesto, su romance con Daisy Buchanan. Lo tiene todo y lo cuenta con la cadencia perfecta para mantenerte siempre en vilo: un pasado en común que acabó en una triste separación, la vulnerabilidad de él —a pesar de sus riquezas— ante su reencuentro, la promesa de un futuro juntos que nunca llega a materializarse y, cómo no, un final que te rompe el corazón».
© Cortesía de RBA
Recomienda: Toni García, periodista freelance especializado en cine y cultura. Colabora con ICON y Vogue.es.
«En Desapareció una noche (RBA, 2006), del bostoniano Dennis Lehane, los detectives Patrick Kenzie y Angie Gennaro se aman y se odian, en una relación presidida por un terrible (e irresoluble) dilema moral. Si alguien tiene que odiarme alguna vez, que me odie como Angela Gennaro. Y si alguna vez decides amar a alguien, ama como lo hace Patrick Kenzie».
© Seix Barral
Recomienda: Sara Jiménez, filóloga hispánica especializada en literatura latinoamericana. Librera andaluza.
«Pocas veces me han interesado tanto las tramas de amor como la de Leo y Erica en Todo cuanto amé (Seix Barral, 2018). Puede que en esta obra se hayan mezclado todos los ingredientes necesarios: la calidad narrativa de Siri Hustvedt, un recorrido maravilloso y, sobre todo, el amor que atraviesa la narración de principio a fin. Aún me sobrecoge ese narrar el amor después de la pérdida más grande. Porque ahí reside la importancia de la historia de Erica y Leo: cómo querer, cómo vivir después de perder aquello que más aman. Con toda la delicadeza y el dolor del mundo».
© Cortesía de Ático de Libros
Recomienda: Ingrid J. Rodríguez Fuertes, editora de Sexto Piso.
«Ubicar nuestras relaciones fuera de la toxicidad del amor romántico mal entendido es de vital importancia para una mujer si atendemos al número de asesinadas que llevamos en lo que va de año. Todo suma en este largo camino hacia el cambio, y las ficciones que consumimos influyen en nuestras formas de ver el mundo, de querer, de desear. Por eso, algunos de los momentos más honestos de Carta a D (Ático de Libros, 2019), de André Gorz. son tan importantes y duelen tanto. Más allá de regalarnos la idealización de un amor, nos hace llegar la larga travesía de esfuerzo, cuidado y preocupación mutua que Gérard y Dorine vivieron más de cuarenta años. Una vida entera llena de trabajo por construir y reconstruir, por tratar de mejorar, para alcanzar una relación mejor: consciente, apacible, de cuidado ante las enfermedades y la vejez: «Acabas de cumplir ochenta y dos años. Has encogido seis centímetros, no pesas más de cuarenta y cinco kilos y sigues siendo bella, elegante y deseable».
© Cortesía de Tusquets
Recomienda: David Gambarte, autor del poemario Lágrimas agraces y colaborador de la revista cultural Jot Down.
«En El libro de los amores ridículos (Tusquets, 2008), Milan Kundera nos entrega siete cuentos poblados de personajes contradictorios, absurdos y cínicos. Lo recuerdo como un paseo entre el sexo, el hedonismo y el amor, plagado de reflexiones divertidas y momentos de lucidez ensayística. Una obra desvergonzada y punzante que trata sobre el amor de verdad, que no es más que el amor entre seres humanos como un ‘regalo no merecido».
© Cortesía de Lumen
Recomienda: Eva Blanco, editora de Estilo de vida y cultura en Vogue.es.
«De vez en cuando es necesario abandonarse a un libro que te sacuda hasta dejarte malherido. El año pasado, me ocurrió con Tan poca vida (Lumen, 2016), de Hanya Yanagihara. Un título que me recomendó Cecilia Casero y que, desde entonces, yo he seguido aconsejando de manera incansable. Francamente, no quiero desvelar mucho de la trama. Creo que es preferible para el lector no saber a lo que se enfrenta. Solo diré que, en una novela en la que la mezquindad humana se sumerge en los rincones más bárbaros, el amor —aunque sereno, tardío y breve— sorprende en el momento más necesario para devolver la respiración a quien sostiene el pesado volumen en sus manos. Llega para recordarnos que, a pesar de que hay males irreparables, también existen personas capaces de hacernos sentir (mínimamente) en paz».
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