Muchas veces, cuando un paciente tiene una neutrofilia, se debe a una infección. Pero, ¿hay alguna pista en el frotis de sangre que haga que ese diagnóstico sea más definitivo?
Pues sí, de hecho, la hay. Estos indicios se denominan cambios tóxicos y abarcan tres hallazgos principales: granulación tóxica (como se ve arriba), cuerpos de Dohle (también presentes arriba – fíjese bien) y vacuolización citoplasmática. Si ve cualquiera de estos cambios, puede estar seguro de que el paciente tiene una infección.
La granulación tóxica es la acumulación de gránulos grandes y oscuros en los neutrófilos segmentados (o, a veces, en precursores de neutrófilos anteriores). Es probable que se deba a la exigencia impuesta a la médula para que esos neutrófilos salgan a la circulación lo antes posible con el fin de combatir la infección. En esas condiciones, los mieloblastos y promielocitos (las células en división del linaje de los neutrófilos) dicen: «De acuerdo, bien. ¿Quieres que los neutrófilos segmentados salgan a la circulación inmediatamente? Dejaré de gastar mi tiempo en dividirme tanto y maduraré». Esta es una buena estrategia para conseguir que los neutrófilos maduros salgan de la médula lo antes posible. En el proceso de este tipo de prisas, los grandes gránulos primarios oscuros presentes en los promielocitos no se diluyen como lo harían normalmente (cuando los promielocitos se toman su tiempo, y se dividen una y otra vez antes de madurar, los gránulos oscuros se reparten entre muchas generaciones de células). En cambio, se mantienen en la célula, y se pueden ver incluso en los descendientes neutrófilos maduros y segmentados de estos promielocitos acosados.
Genial, ¿eh?
Los otros dos cambios son los cuerpos de Dohle (bonitas inclusiones citoplasmáticas de color azul celeste en los neutrófilos; mire de cerca la imagen de arriba – apenas puede distinguir uno) y la vacuolización citoplasmática (un cambio ominoso, por cierto – si ve mucha vacuolización citoplasmática, y particularmente si aumenta con el tiempo, tenga cuidado). Estos cambios, también, son bastante específicos para la infección.