Clorhidrato de alfuzosina para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata

Comparaciones directas de alfuzosina con otros

Cuando se comparó con prazosina, la alfuzosina IR tuvo una eficacia comparable y causó menos efectos adversos cardiovasculares. Buzelin et al. compararon los efectos de alfuzosina con prazosina en 103 pacientes. Se administraron 2,5 mg de alfuzosina IR tres veces al día. La prazosina se inició en un régimen escalonado de 1 mg diario los dos primeros días, 1 mg dos veces al día durante los cinco días siguientes y luego 2 mg dos veces al día a partir de la segunda semana. La alfuzosina y la prazosina produjeron aumentos similares en las tasas de flujo urinario máximo y medio (26% y 28% y 30% y 27%, respectivamente) y en la mejora de la puntuación de los síntomas (32% y 34%, respectivamente). Sin embargo, la alfuzosina causó menos efectos adversos relacionados con la hipotensión que la prazosina. De los pacientes tratados con prazosina, cuatro experimentaron malestar, astenia y síncope. Sólo un paciente que recibió alfuzosina se quejó de mareos; se notificaron náuseas y diplopía en uno y dos pacientes, respectivamente.

Cuando se comparó con tamsulosina, la alfuzosina IR demostró una eficacia comparable y causó una mayor disminución de las presiones sanguíneas sistólica y diastólica. Buzelin et al. compararon tamsulosina oral 0,4 mg una vez al día con alfuzosina oral 2,5 mg tres veces al día durante 12 semanas en 256 pacientes evaluables con HBP. La tamsulosina y la alfuzosina fueron igualmente eficaces en el aumento de las tasas de flujo urinario máximo (11,6 y 11,5 mL/seg, respectivamente) y en la mejora de las puntuaciones de Boyarsky (6,2 y 6,0, respectivamente). La tamsulosina causó menos efectos adversos cardiovasculares. No se produjeron cambios significativos en la presión arterial en los pacientes tratados con tamsulosina, pero sí se produjo una reducción significativa de la presión arterial en bipedestación y en decúbito supino (de 4 a 5 mm en comparación con el valor inicial) en los pacientes tratados con alfuzosina (p < 0,05). La frecuencia de otros efectos adversos atribuidos a alfuzosina y tamsulosina (por ejemplo, mareos, cefalea, palpitaciones, taquicardia, hipotensión postural y síncope) fue similar (10,5% y 9,2%, respectivamente). Ambos fármacos también provocaron en los pacientes tasas bajas pero similares de disfunción eréctil.

Hofner y cols. estudiaron tamsulosina 0,4 mg diarios, alfuzosina IR 2,5 mg tres veces al día y placebo en un subgrupo de 830 pacientes con HBP. Descubrieron que la eyaculación anormal se producía con más frecuencia en los pacientes tratados con tamsulosina que en los que recibían placebo (p = 0,045). Sin embargo, la frecuencia de este efecto adverso fue similar y baja en los pacientes tratados con tamsulosina y alfuzosina (menos del 1% y 0, respectivamente). Dado que sólo tres pacientes del estudio dejaron de tomar el fármaco a causa de ello, los investigadores consideraron que este efecto adverso era menor.

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