1. En primer lugar, todos los cónyuges católicos deben presentar nuevas copias de sus certificados de bautismo. Estas pueden obtenerse solicitando una copia del registro de bautismo a la parroquia donde la persona fue bautizada, indicando el nombre del individuo (así como los nombres de los padres), la fecha de nacimiento y la fecha aproximada del bautismo. Esto suele tardar unos días.
2. Puede ser necesario solicitar la anulación (o declaración de nulidad) de cualquier matrimonio anterior, si el anterior cónyuge no ha fallecido. Se necesita una decisión favorable antes de programar una ceremonia de convalidación. El sacerdote, o un delegado, ayudará al solicitante en este proceso. Hay un formulario más corto para cualquier católico que no haya sido casado por un sacerdote/diácono católico o con el permiso del obispo su delegado (normalmente un ministro de otra iglesia). En este caso no suele ser necesaria una anulación formal. El tribunal diocesano suele tramitar esa solicitud en pocos días y devuelve al peticionario una declaración de nulidad basada en lo que se llama «falta de forma canónica».
3. El derecho canónico también exige algún tipo de preparación para entrar en el sacramento del matrimonio
4. Asistir al sacramento de la reconciliación para confesarse y arrepentirse.
5. Determinar la fecha, la hora y el tipo de servicio de Convalidación más adecuado.