Hay un momento en tu vida en el que te das cuenta: puedes tener una seria obsesión con el tiempo. Para ayudarte a descifrar si lo tienes o no, aquí tienes síntomas comunes que podrías haber experimentado o estar experimentando. Por favor, siéntase libre de añadir a la lista si ha experimentado algo más que no ha sido incluido en la lista.
1. Tu madre te compró un reloj a una edad temprana porque no dejabas de preguntar qué hora era, y después de recibir ese reloj, fue lo mejor del mundo. Ahora miras constantemente tu muñeca. Si el reloj está en otro lugar o se ha muerto y no has tenido la oportunidad de comprar uno nuevo, te vuelves absolutamente loco.
2. No puedes vivir sin tener algún tipo de reloj cerca. Tiene que haber algo en lo que puedas consultar la hora -incluso el reloj de una estufa o del coche- para que te sientas reconfortado y seguro de que el mundo no se está desmoronando.
3. No comes decentemente porque cada segundo cuenta y tienes cosas más importantes que hacer que te quitan demasiado tiempo para cocinar. Esto va igual para el sueño.
4. La gente se molesta contigo porque estás constantemente preguntando qué hora es.
5. Cuando te despiertas por la mañana, compruebas inmediatamente la hora.
6. Antes de irte a dormir, compruebas qué hora es. Y si no puedes dormir, sigues comprobando la hora e incluso recuerdas la última que has comprobado para saber hasta qué hora te has quedado despierto.
7. Siempre te tomas un momento para planificar tu día, ya sea simplemente calculándolo en tu mente o haciendo un horario o calendario. Calculas o planificas exactamente el tiempo que te llevará hacer ciertas actividades y si tendrás tiempo para relajarte un poco antes de tener que hacer los deberes. A lo largo del día, si has hecho un calendario, lo compruebas para asegurarte de que vas por el buen camino.
8. Empiezas a cronometrar todo lo que haces, asegurándote de que sólo lo haces durante un tiempo determinado, ya sea echando una siesta, leyendo, haciendo los deberes, jugando, viendo programas de televisión o incluso saliendo a algún sitio.
9. Cuando las cosas no salen según el plan, te asustas.
10. Sabes exactamente cuánto tiempo te lleva hacer todas tus actividades diarias, como ducharte, lavarte los dientes, ir al baño, elegir la ropa, etcétera, etcétera.
11. No compruebas tu iPhone, Smartphone o cualquier dispositivo que tengas porque te preguntas si alguien te ha enviado un mensaje. Lo compruebas por la hora. Y a veces se convierte en un hábito tan grande que tienes que revisarlo varias veces en un minuto porque no lo registraste las primeras veces.
12. Le disgusta perder el tiempo.
13. Llegas a una cita con antelación, tal vez de cinco a quince minutos, y si la persona con la que has quedado no está allí unos minutos antes de la hora acordada, piensas que llega tarde, que ha pasado algo o que te has equivocado de lugar o de hora. No dejas de mirar el reloj y te preguntas si deberías llamar a la persona o simplemente irte a casa, y entonces te das cuenta de que, técnicamente, la persona aún no llega tarde y tienes que calmarte.
14. Si estás en una habitación y no hay reloj, aunque tengas un reloj en tu dispositivo preferido, no soportas estar en la habitación, especialmente en un aula.
15. Algo menos de la mitad de tus conversaciones girarán en torno a la idea del tiempo.