El accidente aéreo que mató al empresario Steve Fossett, famoso por sus temerarias hazañas aéreas, probablemente fue provocado por las corrientes de aire que superaron la capacidad de recuperación de su pequeña avioneta antes de estrellarse contra la ladera de una montaña, dijeron hoy las autoridades de seguridad estadounidenses.
Fossett, de 63 años, desapareció el 3 de septiembre de 2007, tras despegar solo de un rancho de Nevada, propiedad del magnate hotelero Barron Hilton, para lo que se suponía era un corto vuelo de placer. Su Bellanca 8KCAB-180, un monomotor biplaza conocido como Super Decathalon, se estrelló cerca de Mammoth Lakes (California).
Una exhaustiva búsqueda de alto nivel no permitió encontrar ninguna pista sobre su destino. Un año después, el 7 de octubre de 2008, un excursionista encontró algunas de las pertenencias de Fossett. Una búsqueda aérea localizó los restos a media milla de distancia, a una altura de unos 3.000 metros.
El día del accidente, no se recibieron transmisiones de radio de emergencia de Fossett, ni tampoco señales del transmisor de localización de emergencia, dijo la Junta Nacional de Seguridad del Transporte en un informe.
Sin embargo, después de que se descubrieran los restos, una revisión de los datos de radar de septiembre de 2007 reveló una pista que terminaba a una milla al noroeste del lugar del accidente, dijo la junta.
Fossett, que hizo una fortuna en el mercado de materias primas de Chicago, ganó fama mundial por establecer récords en globos de alta tecnología, planeadores, jets y barcos. Fue la primera persona en dar la vuelta al mundo en solitario en un globo.
A los dos días de la desaparición de Fossett, los pilotos experimentados especulaban con que incluso el maestro de la aventura aérea podría haber sido víctima de los notorios vientos del frente oriental de la Sierra, que son tan potentes y complicados que pueden hacer girar un avión como una hoja e incluso cortar un ala.
«Ha habido momentos en los que he volado con el viento y se me ha helado la sangre», dijo entonces Adam Mayberry, piloto privado y antiguo portavoz del aeropuerto internacional de Reno-Tahoe.
Las rachas de viento en la zona pueden azotar sin previo aviso desde cualquier dirección, con repentinas corrientes descendentes que pueden arrastrar un avión hasta el suelo. Los pasajeros que vuelan incluso en aviones comerciales entre Las Vegas y Reno saben que deben mantener sus cinturones de seguridad abrochados para un viaje que nunca es suave.
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