Todos nos preocupamos por nuestro futuro. Qué nos depara el destino? Esta pregunta persigue a los individuos y a las sociedades por igual desde la antigüedad. La mitología griega cuenta con tres diosas Clotho (la hilandera), Lachesis (la asignadora) y Atropos (la inevitable) * que deciden el destino de los seres humanos.
Sin embargo, Heráclito de Éfeso, al estudiar la naturaleza del mundo, observó que «el carácter de un hombre es su destino». Esta cita de la época presocrática transmite acertadamente lo que es el destino para el mundo moderno -Homo Deus, no es más que su Carácter.
La formación del carácter no se produce en un día, ni en un mes, ni en un año. Requiere la práctica cuidadosa de valores y creencias que son beneficiosas para la sociedad. Así que, para una persona que quiere cambiar su destino, no necesita propiciar a los Dioses, todo lo que necesita es construir su carácter.
La Visión de la vida de una persona es su destino, una misión cuidadosamente articulada y un plan de objetivos es su hoja de ruta. El esfuerzo es el ritual, y la entrega de uno mismo a la Visión es el último sacrificio. Con una mente racionalista, las personas deberían esforzarse por moldear su destino en lo que les interese.
Así que, deja de preocuparte por el futuro, deja de culpar a Dios por las dificultades. Ya es hora de que diseñes tu destino por ti mismo mediante la contemplación cuidadosa y la construcción del carácter.
* https://en.wikipedia.org/wiki/Moirai
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