Elecciones presidenciales polacas de 1990

Wałęsa era un electricista y líder sindical con la imagen de un populista emocional y en mangas de camisa. El primer primer ministro no comunista, Tadeusz Mazowiecki, era muy popular y se le consideraba un favorito. Aparecía como un líder más respetable e intelectual que Wałęsa, pero también como más transigente. Sin embargo, en la primera vuelta, Mazowiecki quedó en un lejano tercer lugar, con sólo el 18,7% de los votos, muy por detrás de Tymiński.

Las razones del inesperado éxito de Tymiński siguen sin estar claras. Su vaga promesa de crear riqueza para todos rápidamente, apoyada por su imagen de polaco patriótico que había triunfado en el extranjero, fue bien recibida en un momento de cambio político radical y de empeoramiento de la situación económica. La guerra de trincheras que había estallado en el seno de la antigua oposición anticomunista era cada vez más decepcionante, por lo que un desconocido misterioso, honesto y patriótico «salido de la nada» tenía un atractivo considerable.

Otro factor fue el uso por parte de Tymiński de métodos de marketing político desconocidos en Polonia en aquella época. Un elemento clave de su campaña era un maletín negro omnipresente, que supuestamente contenía «documentos secretos» que destruirían las carreras de sus rivales cuando llegara el momento. Aunque las elecciones transcurrieron sin que se abriera el maletín, su presencia atrajo constantemente la atención. Los adversarios de Tymiński adoptaron una estrategia similar; el diario Gazeta Wyborcza (que apoyaba a Mazowiecki) informó de que Tymiński había tenido contactos con la policía secreta, una historia que no se retiró hasta después de las elecciones.

A pesar de la derrota de Tymiński, no sólo había humillado a Mazowiecki (una de las figuras más conocidas y respetadas de la política polaca), sino que también había obligado a Wałęsa (que en ese momento era un héroe nacional) a pasar a la segunda vuelta. Tras las elecciones, Tymiński intentó fundar un nuevo partido político, pero rápidamente desapareció de la escena política de Polonia.

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