Fimosis capsular anterior con oclusión completa de la abertura de la capsulorrexis

El síndrome de contracción capsular es una respuesta fibrótica exagerada que reduce el tamaño de la capsulectomía anterior y el diámetro del saco capsular tras la cirugía de cataratas extracapsular. No suele ocurrir con las capsulectomías de tipo can-opener, pero se observa a menudo tras la capsulorrexis.1

El síndrome de contracción capsular se ha descrito tras la implantación de diversos tipos de lentes intraoculares (LIO), incluidas las de silicona,2 PMMA,2, 3 y, más raramente, las de Acrysof® (acrílicas hidrofóbicas).4 Suele producirse en pacientes con afecciones como la pseudoexfoliación,1, 5 la uveítis,1, 3 la distrofia miotónica,3, 6, 7 la retinosis pigmentaria y los factores que provocan una debilidad en las fibras zonulares.3 Sus efectos incluyen la reducción y la distorsión extremas de la abertura de la capsulectomía, la reducción del diámetro capsular ecuatorial y el desplazamiento de la LIO.1 Se cree que estos efectos son más exagerados cuando la capsulorrexis es pequeña. Tras la capsulorrexis, el síndrome de contracción capsular puede manifestarse a medida que un número proporcionalmente mayor de células del epitelio anterior del cristalino migran y proliferan en las cápsulas anterior y posterior. A continuación, sufren una metaplasia fibrosa y actúan para reducir el tamaño de la apertura de la cápsula.3, 4 Un informe analizó la composición de la membrana oclusiva y determinó que está compuesta por tejido fibroso subcapsular intercalado con células. Morfológica e histológicamente estas células se asemejan a los fibrocitos con núcleos alargados y representan la metaplasia de las células epiteliales del cristalino o LECs.3, 4 El síndrome de contracción capsular consiste probablemente en dos mecanismos. El primero implica la contracción de la capsulorrexis, probablemente debido a los filamentos de actina contenidos en las LEC residuales. El segundo mecanismo de cierre de la capsulorrexis parece producirse tras la proliferación y metaplasia de estas LEC residuales.

La tasa máxima de contracción parece producirse en las primeras 6 semanas tras la cirugía y tiende a ser más pronunciada con los implantes de lentes de silicona.2 La tasa de opacificación capsular anterior es más baja con las lentes acrílicas y más alta con las lentes de silicona hápticas.8 Se cree que es necesario intentar conseguir un tamaño de la capsulorrexis de entre 5,5 y 6 mm, junto con una cuidadosa eliminación de la materia cortical del cristalino, para preservar la zona pupilar y evitar así el encogimiento progresivo de la abertura capsular.9

Este caso es inusual, ya que la fibrosis capsular anterior con oclusión completa de la abertura de la capsulorrexis se produjo utilizando una lente Acrysof® en una paciente sin patología predisponente. Sus posibles factores de riesgo pueden haber sido su capsulorrexis de tamaño inferior al ideal, resultante de una pupila pequeña en el momento de la cirugía, y su avanzada edad. Esto último la predispondría a una debilidad zonular que, a su vez, puede contribuir a la fimosis capsular anterior.3

La oclusión completa de la abertura de la capsulorrexis es extremadamente rara y se ha notificado anteriormente utilizando lentes de PMMA en pacientes con patologías oculares preexistentes.3, 10 La fimosis capsular sin oclusión completa de la abertura de la capsulorrexis se ha notificado con una lente Acrysof®.4 La oclusión completa de la abertura de la capsulorrexis en presencia de una lente Acrysof® se ha notificado una vez en un paciente con pseudoexfoliación.5 Por lo que sabemos, es la primera vez que se describe este fenómeno en el entorno clínico descrito anteriormente. El material y el diseño de la LIO son factores importantes en el desarrollo de la opacificación capsular anterior y también influyen en la presentación clínica de la contracción capsular.8 También es posible que la fimosis capsular se produzca en presencia de cápsulas más pequeñas, independientemente del material de la LIO. La cápsula fimosa puede cortarse de forma segura con láser YAG1, 4, 5, 10, 11 o quirúrgicamente con el uso de microtijeras3 como en este caso en el que se buscó un diagnóstico histopatológico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.