Al menos el 10 por ciento de los regalos de alta tecnología de estas fiestas pueden ser víctimas de la «rabia informática» -actos de frustración incontrolada por parte de sus propietarios- estima el profesor de la Universidad de Maryland Kent Norman, psicólogo cognitivo que dirige el Laboratorio de Psicología de la Automatización y Procesos de Decisión.
Para ayudar a mantener intactos estos nuevos regalos, Norman recomienda que los usuarios encuentren formas poco convencionales de desahogarse con los viejos equipos informáticos, como asar un ratón de ordenador, limpiar un ordenador en un túnel de lavado o cortar un teclado por la mitad.
«Cuando la gente se gasta tres mil dólares en un nuevo televisor de plasma y algo va mal, a veces el instinto asesino se apodera de ellos», dice Norman. «El enfado puede desbordarse simplemente cuando tu cónyuge te dice: ‘¿te has gastado todo ese dinero y ahora no consigues que funcione? Es entonces cuando tienes que asegurarte de que las personas o el costoso equipo no salgan perjudicados.»
La investigación de Norman se centra en hacer que la tecnología sea fácil de usar. Sostiene que los ordenadores, teléfonos móviles, artilugios y programas informáticos excesivamente complejos han creado una creciente marea de frustración. «La gente que diseña la tecnología está jugando al escondite con nosotros», dice. «Tardé meses en dar con el control para apagar el timbre de mi móvil. Tengo una verdadera relación de amor-odio con las máquinas que no siempre son lo suficientemente inteligentes como para hacer exactamente lo que quieres.»
Durante los últimos tres años, Norman ha llevado a cabo una encuesta informal en línea sobre la frustración y la ira tecnológica (http: //lap.umd.edu/surveys/computer_rage). Casi el 20 por ciento de los encuestados admitió haber dejado caer un ordenador al suelo por la ira, casi el 40 por ciento mutiló un CD-ROM y más del 80 por ciento maldijo en voz alta a una máquina. A grandes rasgos, dice, todo ello supone un 10% de riesgo de daños graves en los nuevos equipos de alta tecnología.
Norman recomienda intervenir pronto para evitar que la frustración se nos vaya de las manos. El truco, dice, es hacerlo de forma segura, económica y con sentido del humor. «Cuando entres en mi laboratorio verás una cámara de vídeo cortada montada en la pared y un ratón de ordenador que yace indefenso en una trampa para ratones», advierte.
Pero sus principales herramientas son los vídeos diseñados para liberar la rabia informática de forma vicaria. Con la lengua en la boca y las herramientas eléctricas en la mano, los vídeos muestran actos destructivos contra equipos informáticos obsoletos. En una escena, marina un ratón de ordenador antes de asarlo. En otras, quema un viejo ordenador con un soplete y demuestra la forma segura de destrozar un monitor. Un descargo de responsabilidad advierte: «Todos los ordenadores y equipos informáticos mostrados en diversos estados de mutilación estaban muertos al llegar, eran obsoletos o realmente merecían un castigo».
Norman dice que los vídeos también sirven de guía para aliviar la frustración tecnológica. Las lecciones están disponibles gratuitamente en línea ( http: //lap.umd.edu/computer_rage/). Para dominar las técnicas, sugiere practicar en ordenadores viejos antes de deshacerse de ellos.
«Si espera recibir un regalo de alta tecnología para las fiestas, lo mejor es encontrar una forma de descargar la frustración antes de tiempo», dice Norman. «Pero recuerda que la seguridad es lo primero. Lleva siempre las gafas de seguridad y selecciona bien tus objetivos».