El propósito es lo más importante: seguir viviendo
El Dr. Hinohara observó que cuando muchas personas se jubilan simplemente se «paran». Sus agendas pasan repentinamente de estar llenas a estar casi vacías y se encuentran ociosas.
El Dr. tenía su agenda tan llena como cuando era joven, incluso después de los 100 años. Tenía su trabajo en el hospital programado como siempre, compromisos de conferencias, llamadas sociales, etc.
Cuando una persona deja de planificar tiende a dejar de vivir tan plenamente. Esto no quiere decir que haya que planificar cada pequeña cosa que se hace, la espontaneidad y la flexibilidad también son importantes (no programar todas las comidas o la hora de acostarse), pero mantenerse activo planificando el trabajo y las aficiones es clave para la longevidad.
«Si tienes que jubilarte, hazlo bien después de los 65 años»
Hinohara señaló que la edad de jubilación de 65 años se estableció cuando la esperanza de vida media era de 68 años. Hoy en día, la esperanza de vida ronda los 80 años.
Jubilarse en los viejos tiempos significaba relajarse y bajar el ritmo durante unos años. Hoy en día, jubilarse a los 65 años significa tener toda una vida por delante después de terminar el trabajo.
Las personas que siguen trabajando hasta una edad avanzada suelen vivir más tiempo y tener una vida más plena. Sin embargo, hay una distinción importante: los que se sienten más realizados y viven más tiempo disfrutan de lo que hacen. Trabajar hasta los últimos años en un puesto estresante o poco satisfactorio probablemente acorte su vida, no la alargue.
Tener un trabajo, una función o unas aficiones que le gusten y que le exijan tiempo combina muchos de los secretos que hacen que una persona viva más tiempo.
Mantiene el cerebro y el cuerpo activos, le proporciona contacto social y le permite seguir planificando y programando. Se asegura de que tiene cosas que hacer y cosas que esperar, y lo más importante, mantiene su sentido de propósito.
El propósito lo une todo. El propósito es una razón para levantarse por la mañana y seguir adelante, especialmente cuando implica responsabilidades y otras personas.
Si no te apetece trabajar después de la edad de jubilación, el voluntariado es una buena opción. Proporciona los beneficios de la estimulación mental, la actividad física y el contacto social, pero sin gran parte del estrés psicológico/físico que conlleva un trabajo remunerado o una carrera profesional.
En pocas palabras, para vivir más tiempo, dése una razón para vivir.