En 1997, el Centro Dominicano desarrolló y lanzó un programa de Formación Espiritual de un año de duración, en el que se invitaba a los participantes a explorar su propia vida espiritual. Estudiando al lado de los místicos y los gigantes espirituales cristianos, el tema subyacente del programa era, y sigue siendo hoy, el del discernimiento: «¿Cómo escucho y respondo al Espíritu en mi vida?»
Los participantes con el deseo de profundizar más en sus viajes espirituales buscaron el creciente programa de Acompañamiento Espiritual y el Practicum de Dirección Espiritual, un programa de dos años que afina el oído para escuchar a los que les rodean. El primer año del programa se centra en la transformación personal y el segundo en la transformación social. Estudiantes de todas las religiones de todo el país comenzaron a buscar este Centro Dominicano de Espiritualidad.
Los retiros grupales e individuales también se convirtieron en parte de la oferta del Centro Dominicano, haciendo posible que la gente viaje al silencio y encuentre a Dios en su centro. Los retiros individuales y privados, así como los días de descanso, se ofrecieron utilizando las habitaciones para pasar la noche en el Centro Dominicano.
A lo largo de los años, las Hermanas han desarrollado diversos caminos y programas de aprendizaje. Siempre en colaboración, el Centro Dominicano tiene una historia de asociación con organizaciones, iglesias, colegios y universidades, y autores, artistas y activistas para ofrecer programas, exposiciones, presentaciones y conversaciones comunitarias transformadoras, espirituales, que invitan a la reflexión y que a menudo cambian la vida.