Si revisaras toda mi página web, todas las entradas, verías a lo largo del tiempo una expansión-contracción, inhalación-exhalación-respiración entre el permiso más profundo para dejarte llevar completamente por el perdón y la compasión sin condiciones, y una exhortación a cortar con la mierda y empujar más fuerte-porque después de todo, esta es tu vida, y no estaba destinada a ser vivida desde los asientos baratos.
Este post es un recordatorio: La vida no es fácil. (Así que no te preocupes.)
A veces puede ser difícil recordar que ser humano es algo difícil. Y si tu razonamiento para no desahogarte un poco es que en algún lugar, otras personas están sufriendo más, y ¿quién eres tú para quejarte de tu sufrimiento cuando otros lo están pasando peor?
Bueno, si eso es lo que estás pensando, entonces me gustaría poder envolverte en el más cálido y cercano abrazo ahora mismo, y decirte que todo va a estar bien; que las lágrimas que sigues reteniendo son válidas; que el permiso para reconocer el dolor de la vida está ahí.
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Es difícil amar a la gente y, al mismo tiempo, sentir que son los seres humanos más molestos del planeta y luego sentirse como una mala persona que debería ser más paciente.
Es difícil no saber cómo manejar el dinero o no saber por qué nunca hay suficiente o por qué no puedes dejar de querer-querer-más cosas.
Es difícil estar enfermo, tratar de navegar por el seguro de salud y los médicos, o no tener seguro de salud y no tener médicos, o tener todos los recursos en el mundo y todavía nadie puede decir lo que está mal o arreglarlo.
Es duro ver la muerte, ver a toda la gente del mundo que hace daño activamente a otros que andan por ahí vivos -vivos- mientras que la persona a la que más querías, que no haría daño a una mosca, se ha ido.
Es duro sentir que las amistades se desvanecen y se disipan, preocuparse por alguien y descubrir que los cimientos que construiste están sobre la arena.
Es duro que te critiquen, que te rechacen, que te ignoren, que te dejen de lado, que cotilleen, que te dejen de lado.
Es duro sentir que, tengas el aspecto que tengas o seas quien seas, no serás lo suficientemente bueno.
Es duro reconciliar tus propios fracasos. Es difícil celebrar tus éxitos, plena y alegremente, en una cultura que sólo espera que cruces la línea invisible de «Ella lo tiene demasiado bueno, así que ahora sus éxitos son arrogancia».
Es difícil ver cómo se producen las injusticias sociales y no saber cómo solucionarlas. Es duro enfrentarse a tu propia culpa por haber sido cómplice de ellas, beneficiario de esos sistemas, o adormecerse para evitar afrontarlas.
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Todas estas cosas son duras. Esa es la simple verdad. La vida no es fácil.
Hay otras cosas que podría decir, por supuesto-levantarse para cambiarlo, practicar el coraje para salir adelante, diez consejos para una vida más fácil.
Pero para este día, este post, sólo ofreceré que es duro, lo cual está bien. Vas a estar bien. Ninguno de nosotros está solo; todos nos acompañamos a casa.