En cambio, en marzo, Portnoy anunció que se convertiría en un day trader a tiempo completo: «Una vez cancelada la Locura de Marzo y la vida en general, necesitaba algo para pasar el tiempo. Ya había perdido cerca del 50% de mi patrimonio neto desde que el mercado de valores se desplomó, y mi plan era hacer day trading para volver a la cima. Para ser muy claro, no tengo ni idea de lo que estoy haciendo, no tengo información privilegiada, no recomendaría hacer lo que estoy haciendo a nadie más, no soy un experto financiero. Sólo hago esto para obtener mi dosis».
Portnoy comenzó con 3 millones de dólares en una cuenta de corretaje en línea y ha ganado y perdido cientos de miles de dólares varias veces, prácticamente en el mismo día. Transmite en directo y tuitea sobre sus operaciones bajo el hashtag #DDTG, de Davey Day Trader Global.
Claramente, este estilo de inversión no es el de Kiplinger. Pero ilustra un enigma: parte de la diversión de invertir es apostar por la «próxima gran cosa». ¿Quién no quiere descubrir el próximo Amazon, Netflix o Tesla y llevar esas acciones a la estratosfera?
¿Cómo se puede rascar ese picor especulativo sin sacrificar la seguridad financiera? Le pregunté a Burton Malkiel, profesor emérito de Princeton y autor de A Random Walk Down Wall Street. Su punto de vista sobre el mercado es que es poco probable que le ganes, pero puedes participar en su tendencia alcista a largo plazo invirtiendo en fondos indexados de seguimiento del mercado.
Y, sin embargo, Malkiel disfruta del ejercicio intelectual de elegir acciones individuales e incluso posee acciones de la volátil empresa tecnológica Salesforce.com. «¿Cómo compaginar eso con una inversión sensata? Coges tu dinero para la jubilación en serio y lo inviertes en fondos indexados. Luego, si tienes un poco de dinero extra, adelante, diviértete. Yo mismo lo hago».
Incluso entonces, resista el impulso de entrar y salir, dice. «Haga algunos deberes, elija las acciones y luego aguante». Para aquellos que sucumban al canto de las sirenas, al menos reconozcan lo que están haciendo, dice Malkiel. «Es como las carreras de caballos. De vez en cuando, alguien conseguirá el doblete diario. Pero a largo plazo, perderá. Apostar puede ser divertido -yo disfruto con las carreras de caballos- pero lo hago por entretenimiento, no porque piense que es invertir».