Los 7 idiomas más difíciles de aprender | Lingoda

Si te está costando aprender un nuevo idioma, puede que no sea solo culpa tuya. Cada estudiante aprende de manera diferente, por supuesto, pero tampoco todos los idiomas han sido creados de la misma forma. Algunos son especialmente difíciles de aprender para los hablantes de inglés. Tanto si te gusta un buen desafío, como si simplemente tienes curiosidad lingüística o solo quieres evitar los idiomas más complicados, aquí te presentamos los siete idiomas más difíciles de aprender para los hablantes de inglés.

¿Cuáles son los idiomas más difíciles de aprender para los hablantes de inglés?

¿Cuál es el idioma más difícil de aprender? El aprendizaje de idiomas depende de muchos factores, y desde luego la lengua materna es fundamental. La proximidad con el inglés hace que ciertos idiomas, como el español o el italiano, sean bastante fáciles de aprender en comparación con otros idiomas que son más distantes. Con dos lenguas de orígenes diferentes, no puedes contar con las raíces comunes de las palabras, es decir, que no hay palabras con la misma derivación linguística, por ejemplo, derivadas del latín. La fonética, concretamente el sonido y la entonación, así como los alfabetos, los caracteres y los estilos de escritura diferentes hacen que un lenguaje sea difícil de adquirir para los hablantes de inglés.

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Aprender chino siendo anglófono

El mandarín, o chino estándar, es el idioma oficial de China y sinónimo de «chino» para muchos occidentales y hablantes de inglés. Aunque una quinta parte de la población mundial habla mandarín, los nativos ingleses lo tienen muy complicado. La dificultad se debe a los miles de caracteres complejos e intrincados del sistema de escritura. Incluso el chino simplificado es difícil de memorizar. Cuatro tonos principales y un tono neutro hacen que hablar sea difícil, ya que la pronunciación determina el significado. El mandarín es el dialecto chino más común. El cantonés cuenta con un conjunto específico de caracteres y pronunciación, y tiene ocho tonos en total, por lo que es aún más difícil que el mandarín.

Aprender árabe siendo anglófono

Igual que el chino, el árabe se encuentra entre los cinco idiomas más hablados del mundo. También es difícil de aprender si tu idioma materno es el inglés. No solo hay muchos dialectos repartidos en varias regiones y países, sino que el alfabeto no es latino y la escritura excluye la mayoría de las vocales. Además, el árabe se escribe de derecha a izquierda, por si aún no lo sabías. A todo esto, añade algunos sonidos que ningún otro idioma comparte y una gramática complicada con verbos antes del sujeto y seguro que el árabe te parecerá muy difícil de aprender.

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Aprender japonés siendo anglófono

El japonés tiene tres sistemas de escritura diferentes, cada uno con su propio alfabeto. El hiragana se utiliza para las palabras japonesas, mientras que el katakana es para las palabras extranjeras. El kanji es una adaptación de los caracteres chinos, así que básicamente lo que estás aprendiendo es chino. La gramática parece un poco más sencilla, hasta que llegas a las partículas, que son las que marcan las diferentes partes del discurso y no tienen equivalente en inglés. Los hablantes de inglés también tienen problemas con el vocabulario, pues el estatus social o incluso el género del hablante pueden influir en la elección de la palabra, dependiendo del dialecto, la región o las circunstancias.

Aprender húngaro siendo anglófono

Recuerda que el inglés tiene (solo) tres casos. El húngaro tiene 18 sufijos para los casos. Ese número por sí solo transmite el grado de dificultad de aprendizaje, pero las cosas son aún más complicadas: las 14 vocales del idioma harán que hablar sea una pesadilla para los angloparlantes. La combinación de frases con palabras sueltas hará que te dé vueltas la cabeza. Esta compleja gramática se complementa con una amplia gama de modismos y sutiles referencias culturales que harán que los principiantes se sientan excluidos durante mucho tiempo.

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Aprender coreano siendo anglófono

Los lingüistas consideran que el coreano es un idioma aislado, sin relación genealógica demostrable con otros idiomas. Esta singularidad por sí sola se convierte en un obstáculo a la hora de aprender coreano siendo hablante de inglés. El orden de las palabras es diferente, y además el coreano es un lenguaje aglutinante: vas hablando y vas formando palabras complejas. Este concepto no existe en inglés. Eso sí: el alfabeto es más fácil de aprender que en chino o japonés. Sin embargo, la pronunciación errónea te llevará a malentendidos rápidamente, ya que hay muchas reglas difíciles.

Aprender finlandés siendo anglófono

El finlandés te engañará con su alfabeto y con su pronunciación aparentemente tan próxima al inglés, para luego acabar contigo con su compleja gramática. Los finlandeses se ríen del hecho de que el inglés tiene solo tres casos, para ellos los sustantivos pueden adoptar 15 casos diferentes. Las vocales largas y las consonantes complican el oral cuando tu lengua materna es el inglés. Para formar una frase sencilla, tienes que conocer la conjugación, la gradación consonántica, el sistema de casos y la declinación del pronombre. Después de eso, lo más probable es que lo que estás tratando de decir tenga una forma mucho más coloquial de expresarlo. Así que, aunque lo hayas dicho bien, los propios finlandeses lo dirían de otra manera. Y si te parece que el finlandés no suena tan duro, ¡prueba el islandés siendo anglófono!

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Aprender polaco siendo anglófono

El polaco emplea el alfabeto latino, pero luego los signos diacríticos parecen estar distribuidos al azar. Hay «solo» siete casos, pero pueden ser modificados por siete géneros gramaticales. ¡Es como aprender un idioma y matemáticas! La pronunciación es sin duda un problema para los hablantes de inglés, ya que hay muchos sonidos que no habrás oído nunca y tendrás que practicar mucho. El polaco adora las consonantes, pero si te van los retos, ¡intenta aprender checo!

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