Los monocitos son un grupo de células del sistema inmunológico que tienen la función de defender el organismo de cuerpos extraños, como virus y bacterias. Pueden ser contabilizados a través de exámenes de sangre llamados leucograma o hematología completa, que demuestran la cantidad de células de defensa en el organismo.
Los monocitos son producidos en la médula ósea y se mantienen durante algunas horas en la circulación, luego salen de la sangre hacia otros tejidos donde sufren un proceso de diferenciación, recibiendo el nombre de macrófagos y, dependiendo donde estén localizados reciben otros nombres como: células de Kupffer en el hígado, microglías en el sistema nervioso y células de Langerhans en la epidermis.
Monocitos altos
Cuando los valores de los monocitos se elevan, condición que se denomina monocitosis, normalmente indica la presencia de infecciones crónicas como tuberculosis, por ejemplo. Además de esto, puede haber haber un aumento en el número de monocitos debido a la colitis ulcerativa, infección por protozoarios, enfermedad de Hodking, leucemia mielomonocítica, mielo múltiple y enfermedades autoinmunes, como el lupus o la artritis reumatoide.
El aumento de los monocitos por lo general no causa síntomas, por lo general se descubre a través de una hematología. Sin embargo, en algunos casos muy raros pueden surgir algunos síntomas relacionados a la monocitosis, debiendo ser investigado por el médico. Conozca qué es la hematología y para qué sirve.
Monocitos bajos
Cuando los valores de los monocitos están bajos, la condición es llamada monocitopenia, normalmente significa que el sistema inmunológico está debilitado como ocurre en casos de infecciones en la sangre, tratamientos de quimioterapia y problemas en la médula ósea como anemia aplásica y leucemia. Además de esto, los casos de infecciones en la piel, el uso de corticoides y la infección por el VPH también pueden causar la disminución del número de monocitos.
Es raro la aparición de valores cercanos a 0 de monocitos en la sangre y, cuando ocurre, puede significar la presencia del Síndrome de monoMAC, que es causada por la presencia de infecciones, especialmente en la piel, en personas con alteraciones genéticas que causan problemas en la producción de monocitos en la médula ósea. En estos casos, el tratamiento se realiza con medicamentos para combatir la infección como antibióticos, pudiendo ser necesario hacer un trasplante de médula para curar el problema genético.
Valores normales
Los valores de referencia pueden variar de un laboratorio a otro, pero por lo general corresponde a 2 a 10% del total de glóbulos blancos o entre 300 a 900 monocitos por mm3 de sangre.
Generalmente, las alteraciones en el número de estas células no causa síntomas en el paciente, el cual siente apenas los síntomas de la enfermedad que está provocando el aumento o disminución de los monocitos. Además de esto, en algunos casos el paciente también sólo descubre que existe alguna alteración al realizarse un examen de sangre de rutina.