Todo cabeza de metal anhela experimentar un concierto de Pantera. Desgraciadamente, toda una generación de fans no ha tenido el privilegio de presenciar a la banda que nos sacó de la era de la laca/glam rock hacia una época más oscura y satisfactoriamente siniestra del rock. Esta fue mi revelación tras el concierto de Pantera en julio de 2001 en Dallas, zona cero para la banda y su estilo de metal pesado y groove del que fueron pioneros.
El aire caliente del verano flotaba con fuerza en el sofocante estadio al aire libre, un escenario perfecto para el infernal espectáculo que ofrecería Pantera. Frente a una pared de amplificadores y luces palpitantes, empezaron el set con «Hellbound», el tema que abre su más reciente lanzamiento ‘Reinventing the Steel’. Sin dejar ni un solo respiro, se lanzaron directamente a «5 Minutes Alone and Slaughtered», antes incluso de dirigirse al estridente público. El sudor corría a raudales y el pelo sin lavar se agitaba. Los mosh pits devoraban y la audición a largo plazo se veía comprometida. Phil Anselmo trabajó cada centímetro del enorme escenario al aire libre esa noche mientras Dimebag Darrell (en su última actuación en Dallas – R.I.P.) se elevó a través de un solo tras otro.
Con la confianza de las verdaderas estrellas del rock, guardaron «Cowboys from Hell» y «Walk» para el bis, dejando a la multitud en un estado de fervor absoluto. Poco sabía este público local que sería la última oportunidad de ver a Pantera en más de una década. Hoy en día entendemos la importancia de Pantera, pero se necesita el beneficio de la perspectiva histórica para estar seguros. Es en retrospectiva cuando comprendemos plenamente el impacto de Pantera en el metal y su lugar en la historia del rock. Esperemos que tú también puedas sonreír y saber que has sido testigo de la realeza del Metal.
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