Esta fotografía en blanco y negro de un número de 1915 del British Journal of Nursing muestra a la enfermera Edith Cavell sentada en un jardín con sus dos perros.
Edith Cavell fue una enfermera y humanitaria británica. Entró en la profesión de enfermera a la edad de 20 años y fue nombrada matrona del Instituto Médico Berkendael en Bruselas, Bélgica, en 1907. Durante su breve carrera en Bélgica, consiguió modernizar el nivel de la enfermería belga.
Cuando los alemanes ocuparon Bélgica al comienzo de la Primera Guerra Mundial, Cavell se unió a la Cruz Roja, y el Instituto Berkendael se convirtió posteriormente en un hospital para soldados heridos de todas las nacionalidades.1
Se atribuye a Cavell haber ayudado a más de 200 soldados aliados capturados a escapar de la Bélgica ocupada por los alemanes a la Holanda neutral durante la guerra. Se la cita diciendo: «No puedo parar mientras haya vidas que salvar».2 Sus fuertes creencias anglicanas la llevaron a ayudar a todos los soldados que necesitaban ayuda en ambos bandos de la guerra. Por ayudar personalmente en la huida de estos soldados, Cavell fue arrestada el 5 de agosto de 1915 por las autoridades alemanas locales y posteriormente fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento.1 Su ejecución dio lugar a una cobertura de prensa simpatizante en todo el mundo, sobre todo en Gran Bretaña y Estados Unidos, que aún no habían entrado en la guerra. Su muerte fue llorada por la población británica y estadounidense y convenció a muchos de apoyar el esfuerzo bélico.
Una fotografía en blanco y negro de Edith Cavell de 1915. Imagen cortesía de la Biblioteca Nacional de Medicina.
Cavell es conocida por sus últimas palabras: «El patriotismo no es suficiente. No debo tener odio ni rencor hacia nadie».3(p297) Está enterrada en la catedral de Norwich, Reino Unido, y se la conmemora con una estatua cerca de Trafalgar Square.