Incluso los caballos que no suelen masticar madera pueden empezar a mordisquear superficies de madera en invierno, cuando bajan las temperaturas. Los estudios han demostrado que algunos caballos pueden masticar árboles y vallas cuando el tiempo es frío y húmedo, quizás por un impulso instintivo de ingerir más forraje cuando bajan las temperaturas.
Los caballos que adquieren este hábito deben ser evaluados por un veterinario para descartar cualquier deficiencia nutricional. Si no se encuentra nada malo, la masticación de madera se considera un problema de comportamiento y se pueden considerar estos pasos para corregirlo:
- Eliminar el acceso a las fuentes de madera. Aunque la sustitución de las vallas y la tala de árboles no suelen ser una opción, la colocación de un alambre electrificado dentro de la tabla superior de la valla puede evitar que los caballos mastiquen las tablas de la valla.
- Ofrecer más heno. Proporcionar más forraje es la opción más eficaz para detener la masticación de la madera. Utilizar un alimentador lento puede hacer que el heno dure más tiempo.
- Hacer que la madera tenga mal sabor. Recubrir la superficie de la madera con un producto que le dé mal sabor disuade a los caballos de masticar.
- Aumentar el ejercicio. Animar a los caballos a moverse más, ya sea en un régimen de ejercicio planificado o en paseos más ocasionales, puede quemar la energía extra que puede destinarse a la masticación.
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