Presa del Usumacinta

En un estudio realizado en colaboración por ProNatura Chiapas, Defensores de la Naturaleza, Conservación Internacional y CSF, analizamos una presa propuesta en el río Usumacinta en México. Nuestro objetivo era estimular el debate sobre los costes y beneficios de este tipo de proyectos en la mayor cuenca hidrográfica de Mesoamérica. Elegimos analizar el proyecto de Tenosique (antes conocido como Boca del Cerro), dado que aparentemente es la presa que los planificadores están considerando más seriamente. Analizamos el proyecto teniendo en cuenta cuatro criterios: la viabilidad financiera, la eficiencia económica, la distribución de costes y beneficios y la sostenibilidad medioambiental. Se considera que un proyecto es financieramente viable si la empresa que lo ejecuta recibe ingresos superiores a sus costes. Según nuestros cálculos, el proyecto de Tenosique podría generar entre 248 millones de dólares de ganancias netas y 112 de pérdidas, dependiendo de los supuestos que se utilicen para determinados costes y beneficios. Lo que está claro, sin embargo, es que, sin las típicas subvenciones gubernamentales, el proyecto no es viable, con pérdidas de hasta 219 millones de dólares. Todas las cifras se expresan en términos de valor actual neto (VAN). La eficiencia económica se define de forma más amplia, considerando los costes y beneficios experimentados por la sociedad mexicana en su conjunto. El valor económico neto actual en el mejor de los casos, sin tener en cuenta los costes medioambientales, se estimó en -19 millones de dólares, lo que significa que la sociedad mexicana perdería al menos esa cantidad de riqueza. El tercer criterio es el de la distribución de costes y beneficios. Este estudio subraya las posibles áreas de inequidad que surgen del proyecto. Tal y como entendemos el plan de la presa de Tenosique, impondría costes en efectivo al gobierno y causaría un daño significativo a los recursos naturales y a las comunidades rurales, mientras que al mismo tiempo podría generar importantes beneficios (o pérdidas) para una empresa energética privada. El último factor es el de la sostenibilidad medioambiental. Por mucho que intentemos incorporar los costes medioambientales en el análisis económico, los datos y métodos de que disponemos son limitados; no es posible monetizar los impactos sobre todos los bienes y servicios medioambientales. Por lo tanto, es importante señalar, al menos en términos cualitativos, los posibles costes medioambientales. Lo ideal sería compararlos con los impactos de proyectos energéticos alternativos. Lo que se puede decir de este proyecto es que crearía una barrera ecológica en una región de alta biodiversidad, interrumpiendo diversas interacciones biológicas y sociales. El mayor riesgo parece ser los cambios hidrológicos que traerá la presa, que ponen en duda la salud ecológica de las zonas tanto por encima como por debajo del embalse. Preocupan especialmente los impactos en los humedales situados aguas abajo. Estas externalidades serían absorbidas indirectamente por la sociedad en general mediante inversiones públicas y privadas para mitigar los daños, por la reducción de la producción local y por la pérdida de biodiversidad. Estos resultados sugieren que el proyecto de Tenosique debe ser reevaluado. El proyecto tiene aparentes deficiencias en términos de eficiencia, equidad y sostenibilidad, lo que nos lleva a la conclusión de que valdría la pena investigar proyectos alternativos en la misma y otras cuencas hidrográficas, o incluso diferentes formas de energía para cumplir mejor tanto los objetivos de desarrollo como los de conservación.

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