Quistes peripélvicos del riñón

Los quistes peripélvicos del riñón pueden definirse como quistes que se sitúan en el hilio del riñón, íntimamente asociados a la pelvis renal y a los cálices. Pueden ser simples o multiloculados, únicos o múltiples. A diferencia de los quistes simples comunes del parénquima renal, los quistes peripélvicos no están enterrados dentro del parénquima renal ni se presentan como una masa en cualquiera de los polos o a lo largo de la superficie externa del riñón. En cambio, comprimen y desplazan la pelvis renal y el pedículo vascular. Si son lo suficientemente grandes, pueden sobresalir del hilio renal.

Los quistes peripélvicos que son lo suficientemente grandes como para causar síntomas o ser detectables en las radiografías son raros y se han reportado raramente en la literatura urológica o radiológica. Sin embargo, los quistes hiliares multiloculados más pequeños, que no son detectables in vivo, no son inusuales, y se dice que ocurren en más del 1% de las autopsias rutinarias (1). Henthorne (3) encontró 20 casos de quistes peripélvicos en la autopsia. Su tamaño variaba de microscópico a 5 cm. de diámetro. Scholl (6) describió 2 quistes de tamaño suficiente para causar una distorsión de la pelvis renal en el urograma. Ambos ejercían presión sobre las estructuras del hilio renal y aparentemente estaban relacionados con una hipertensión significativa. Sólo hay unos pocos informes adicionales de grandes quistes peripélvicos en la literatura (2, 4, 5). El análisis de una gran serie de masas renales estudiadas mediante nefrotomografía en el New York Hospital-Cornell Medical Center durante los últimos cuatro años arroja un total de 117 quistes simples del parénquima renal. En esta misma serie sólo hay 7 masas con apariencia de quistes hiliares peripélvicos. Esto indica su relativa rareza.

La patogénesis de estos quistes es oscura. Probablemente se originan en el hilio del riñón y no en el parénquima renal adyacente o en la pelvis renal. Henthorne cree que son quistes linfáticos que pueden haberse desarrollado en zonas de ectasia linfática debido a cambios inflamatorios crónicos. Otros autores sugieren que son quistes congénitos que surgen de restos embrionarios. Allen (1) sugiere un origen a partir de restos del cuerpo wolffiano. Haslinger (2) cree que pueden haberse desarrollado a partir de restos mesonéfricos.

Material clínico

Hemos recogido un total de 13 casos de masas hiliares renales demostradas por pielografía en los últimos años. En un principio se creyó que todas ellas eran quistes. La exploración quirúrgica posterior ha demostrado que 7 eran quistes peripélvicos, mientras que 2 resultaron ser lipomas del hilio renal, que se cree que representan una hipertrofia de la grasa peripélvica. Los 4 casos restantes no han sido explorados.

Tres de los quistes probados distorsionaban la pelvis renal lo suficiente como para causar obstrucción parcial y caliectasia. En uno de estos casos hubo una pielonefritis asociada con síntomas. En ninguno de los otros casos hubo síntomas que pudieran ser producidos por los quistes.

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