En el año 2000, Bill y Melinda Gates lanzaron la Fundación Bill y Melinda Gates para proporcionar instalaciones sanitarias y educación a personas desfavorecidas en todo el mundo. En 2015, Mark Zuckerberg y su esposa Priscilla Chan anunciaron que cederían el 99% de sus acciones en Facebook para el desarrollo humano. No es raro que los directores ejecutivos de las empresas tecnológicas donen miles de millones de dólares a la caridad. Pero no es el caso de Steve Jobs.
Es interesante que el cofundador de Apple aparentemente nunca donó un solo centavo a ninguna organización benéfica en su vida. Jobs podría parecer un tacaño por su falta de donaciones o su falta de apoyo a organizaciones benéficas, pero tenía sus razones.
La hija de Jobs, Lisa Brennan-Jobs, ha publicado recientemente unas memorias -Small Fry- en las que detalla su vida con su famoso padre. En el libro, Lisa ofrece una visión caleidoscópica de Jobs, citando incidentes que a menudo le dejan perplejo. En uno de esos incidentes, Lisa revela por qué Jobs nunca dio un centavo en caridad.
Fue unas semanas después de Navidad cuando Lisa se incorporó a la escuela secundaria de Palo Alto o ‘Paly’ cuando la esposa de Jobs, Laurene, la llevó a un viaje con la Sociedad Audubon. Unos días más tarde, un angustiado Jobs entró en la habitación de Lisa. Cuando Lisa le interrogó sobre la causa de su malestar, Jobs le reveló que se trataba de su viaje de observación de aves con la Sociedad Audubon.
«Lo que importa en la vida», dijo, «es sólo lo que haces con tu propia mano».
Sin embargo, cuando ella no entendió lo que quería decir, él le explicó: «Ese viaje de observación de aves… Ese tipo de cosas… Ese tipo de cosas no significan nada. No son reales».
La discreta explicación de Jobs en aquel momento no ayudó a Lisa a entender lo que realmente había querido decir hasta que días más tarde se enteró de que el viaje les había sido regalado con la esperanza de que Laurene o el propio Jobs donaran dinero a la sociedad, que como Lisa escribió en su libro, era lo que realmente había molestado a su padre.
Cabe destacar que Jobs no era frugal sólo cuando regalaba dinero en obras de caridad, sino también cuando dirigía su hogar. En el libro, Lisa recuerda que Jobs hacía cálculos en voz alta sobre el coste de las cosas en el supermercado y los restaurantes. Escribió que su padre se indignaba cuando las cosas eran demasiado caras. También se negaba a comprar cosas cuando creía que el presupuesto o la compra era más de lo que una familia normal podía permitirse, aunque él pudiera permitírselo.
La razón de este comportamiento ahorrador, como se puede entender, eran las raíces humildes de Jobs. Jobs no procedía de una familia acomodada. El dinero no era abundante pero sí suficiente. Esto es lo que le motivó a abandonar Reed tras completar sólo un semestre en la universidad. Esto le acompañó incluso cuando Apple se hizo grande y él se hizo rico. Creía en ganarse las cosas y en gastar en función de las necesidades que satisfacían las demandas de una familia americana media.
Esto, sin embargo, no le impedía ayudar a personas cercanas y queridas o darse un capricho de vez en cuando. Compró un coche Alfa Romeo para una de sus amigas, Tina, y pagó los préstamos estudiantiles de Laurene. También se quedó con dos coches -un Porsche y un gran Mercedes plateado- para él.