Los vinos del País Vasco son tan maravillosamente únicos como la propia cultura vasca. Vinos ágiles y minerales con un paladar picante, se elaboran a partir de variedades locales que no se encuentran en ningún otro lugar. Ligeros y brillantes, inconfundibles y deliciosos, los vinos vascos son perfectos para la fenomenal cocina local, pero también se adaptan bien a una gran variedad de platos internacionales. Pero primero, un poco de historia.
La región vasca se extiende por el extremo occidental de los Pirineos, en parte en España y en parte en Francia. Sin embargo, posee una identidad cultural propia de ambos países, algo que ha llevado a la región a caracterizarse por sus complejos avatares políticos y sociales en la historia reciente. En el lado español de la frontera, el País Vasco forma parte de la España Verde, que se extiende desde Galicia en el noroeste hasta donde el País Vasco llega a la frontera francesa en el este. El paisaje es exuberante y verde, gracias a las abundantes lluvias que caen desde el Océano Atlántico.
La producción de vino en el País Vasco es limitada; la producción en la región es pequeña gracias al azote de los viticultores de todo el mundo, la filoxera. Después de que el piojo arrasara las vides de la región durante la segunda parte del siglo XIX, muchos no se molestaron en replantar sus viñedos. Pero lo que queda es bastante excepcional y el vino que lo distingue es el estilo local característico: el txakoli. Se pronuncia «cha-koh-lee» y es un vino blanco muy seco y de alta acidez que los vascos producen desde la Edad Media. Si alguna vez hubo un vino hecho para el marisco, ése es el txakoli, y con la proximidad del País Vasco al agua, puede apostar que saben un par de cosas sobre los frutos del mar.
Aunque encontrará tintos y algún que otro rosado, la mayoría de los vinos de la región son blancos. La uva blanca autóctona Hondarrabi Zuri es la dominante y produce vinos cítricos y florales con una gran dosis de mineralidad y un toque de hierbas frescas. Los vinos elaborados con esta uva pueden incluso tener un poco de aroma a mar. Los relativamente raros ojo gallo rosados se elaboran mezclando Hondarrabi Beltza, la tinta local, con Zuri. Los genetistas han descubierto que Beltza está emparentada con Cabernet Franc y ambas comparten algunas similitudes en cuanto a su sabor: frambuesas, mucha fruta negra y violetas.
Hay tres Denominaciones de Origen (DO) para el txakoli:
Getariako Txakolina
La primera de las tres en obtener la categoría de DO. Enclavada en la costa del mar Cantábrico, es la más pequeña en tamaño pero la más grande en producción, por lo que es más probable que veamos el Getariako txakoli en los Estados Unidos.
Txakolina de Bizkaiko
En Bizkaiko es donde se encuentra un mayor número de cepas de Hondarrabi Beltza, por lo que no es de extrañar que se encuentre más ojo gallo y tintos.
Txakolina de Arabako
La región más reciente del trío del txakoli es Arabako, también llamada Álava. Está más al interior que las otras dos DO y puede llegar a ser ligeramente más madura. Álava también presta su nombre a Rioja Alavesa que está justo al sur pero también es una región histórica vasca.