Sólo en 1894 -casi seis años después de su muerte- Druitt se convirtió en un sospechoso oficial del caso, cuando el comisario jefe Melville Macnaghten, que más tarde se convertiría en subcomisario y en una figura legendaria en la historia de la Policía Metropolitana de Londres, lo nombró así. Al parecer, le pareció sospechoso que, para cuando Druitt había muerto, la racha de asesinatos de Jack el Destripador había cesado, aunque los asesinatos en la zona extremadamente empobrecida del distrito londinense de Whitechapel -donde tuvieron lugar los asesinatos del destripador- continuaron hasta bien entrada la década de 1890.
Aparentemente, todo lo que implicaba a Druitt en el caso como el asesino era información imparcial y sin fundamento, relacionada únicamente con su momento de muerte coincidiendo con el abrupto final de los asesinatos del Destripador, que tuvo lugar entre agosto y noviembre de 1888. No se encontró absolutamente nada más allá de eso, dejando a Montague John Druitt como cualquier cosa, pero circunstancial; una «opción» que no tenía feudos, registro o cualquier artificio relativo a las violaciones de la ley en absoluto, por debajo de las expectativas cuando se compara con los sospechosos contemporáneos más preferibles, como Michael Ostrog o Seweryn Kłosowski, que eran criminales empedernidos, con un historial perturbado de violaciones de la ley.
A pesar de que la muerte de Montague John Druitt era un misterio sin resolver, no tenía ningún historial de infracción de la ley, y todo lo que le unía al caso se basaba en la coincidencia de que su muerte se produjera casi un mes después de que tuviera lugar el último asesinato relacionado con el caso de Jack el Destripador. No obstante, durante algún tiempo, Druitt fue considerado seriamente como sospechoso por al menos algunos estudiosos, que elaboraron teorías sobre cómo podría haber cometido los asesinatos. Aunque vivía demasiado lejos de Whitechapel, podría haber viajado en tren -ya que era un asiduo- y tenía lugares donde alojarse en la ciudad. Pero esta teoría suele descartarse, ya que la opinión generalizada es que Jack el Destripador era más bien un residente local, con un gran conocimiento de la zona. Y sin pruebas sólidas que lo impliquen en los asesinatos, además de la hora de su muerte, Montague John Druitt se convirtió en una consideración improbable.
Al haber transcurrido más de un siglo, ahora es prácticamente imposible que el caso de Jack el Destripador encuentre una resolución definitiva. Sin embargo, se convirtió en un tema fascinante para muchos investigadores y estudiosos, que encuentran estimulante encontrar pruebas, cruzar información y elaborar especulaciones que, más o menos, crean nuevas perspectivas y direcciones dentro de este oscuro misterio de más de un siglo.
Wagner