No hay ningún sello discográfico que haya introducido a más gente en el jazz que Verve Records. Tras fundar Clef Records y Norgran, sellos que incluían a Charlie Parker y Billie Holiday en su lista, el mismo hombre, Norman Granz, creó Verve. Fundada en 1956, inicialmente como un sello para grabar a Ella Fitzgerald, Verve, en los albores de la era del LP, publicó discos clásicos de Oscar Peterson, Louis Armstrong, Count Basie y muchos otros. A principios de la década de 1960, la moda de la bossa nova se encendió con el melifluo saxofón de Stan Getz y Verve publicó brillantes discos del pianista Bill Evans. A medida que avanzaba la década de los sesenta, también lo hizo Verve, fichando al entusiasta Jimmy Smith, que tocaba el órgano Hammond, y al genio de la guitarra Wes Montgomery. En años más recientes, Diana Krall ha introducido a toda una nueva generación en las posibilidades del jazz y Herbie Hancock ha publicado el segundo álbum de jazz que ha ganado un premio Grammy al Álbum del Año; naturalmente, el otro también fue un álbum de Verve.
El jazz es la única forma de arte verdaderamente original de Estados Unidos. Durante la década de los 60, en la bolsa interior de cada disco de larga duración de Verve estaba escrito «el Jazz de América está en Verve»; a partir de ahí, «el Sonido de América» estaba en todos los lanzamientos de discos de Verve.
«El jazz despierta las posibilidades de creatividad en el momento. El jazz tiene que ver con el carácter humano; el jazz tiene que ver con el sentimiento, no sólo con el entretenimiento. El jazz es un sentimiento». – Herbie Hancock
Escucha lo mejor de Verve Records en Apple Music y Spotify.
Jazz At The Philharmonic
Fue a finales de 1955 cuando Norman Granz decidió formar Verve Records; lo hizo específicamente para Ella Fitzgerald. Como ya había gestionado su carrera, pensó que sabía cómo hacer el tipo de discos que la cantante debía hacer, y la historia ha demostrado que tenía razón. La historia ha demostrado que tenía razón. La importancia de Ella Fitzgerald ha sido reconocida por el lanzamiento de Ella Fitzgerald – the Voice of Jazz, una caja de 10 CDs que se publicó en 2013.
Sin embargo, la historia de Verve se remonta a una década o más, donde se pueden rastrear sus raíces en la ambición de Granz de llevar el jazz fuera de los clubes y a las salas de conciertos, así como en Clef y Norgran, los sellos discográficos que había estado dirigiendo durante varios años.
La génesis de Verve Records se produjo cuando Norman Granz, de veinticinco años, organizó su primer concierto «Jazz at the Philharmonic» en Los Ángeles en 1944. Desde el principio, Granz tuvo una visión de lo que quería conseguir sacando el jazz de los clubes humeantes, a veces sórdidos, y llevándolo a lugares de eventos más respetables y prestigiosos, como el Carnegie Hall de Nueva York. Entre los muchos músicos brillantes que tocaron en estos conciertos estaban Charlie Parker y Billie Holiday. Bird, como apodaban a Parker, llegó a dar un concierto con cuerdas que incluía la música de su álbum Charlie Parker With Strings; recientemente se ha reeditado en vinilo.
Existen grabaciones de Billie Holiday en estos conciertos del JATP (Billie Holiday at JATP) y también de cuando apareció en el Carnegie Hall justo después de que saliera su álbum Lady Sings the Blues. El espectáculo, que incluía gran parte del material de ese LP, junto con lecturas de su autobiografía, agotó las entradas y, a pesar de las limitaciones de la voz de Billie, ofreció una magnífica actuación recogida en el álbum The Essential Billie Holiday. Sería una de sus últimas grabaciones; en menos de tres años había muerto.
Lucha contra los prejuicios raciales
Además de presentar el jazz a un público cada vez más amplio, Granz tenía otra misión: luchar contra la segregación racial, una lucha que le costó tanto profesional como personalmente. También pagaba bien a sus músicos. «Con Norman, viajabas en primera clase, te alojabas en hoteles de primera clase y nunca tocabas en ningún sitio donde hubiera asientos segregados», dijo el trompetista Dizzy Gillespie.
Granz era un visionario, esto es lo que dijo en 1947: «El Jazz at the Philharmonic representa la tendencia que probablemente tomará el jazz en los próximos años, cuando en lugar de los pequeños clubes nocturnos, poco iluminados y llenos de clichés, que contienen diecisiete fanáticos del jazz con los ojos vidriosos (que están muy a la moda y se dirigen a todo el mundo como Jack), el escenario de los conciertos atraerá a miles de personas que se divertirán, cuyo nivel de escucha se elevará y el jazz, que hasta ahora ha sido un arte en cursiva, alcanzará una definición y una estatura mayúsculas.» A medida que las giras de la JATP se hacían más extensas, Granz desarrolló lo que es el modelo de las giras modernas, que hoy en día es reproducido por casi todo tipo de artistas, desde el jazz hasta el rock, así como cualquier otro género musical.
Lanzamiento de Verve Records
Para Granz, la creación de una compañía discográfica fue, al principio, una forma de ampliar su franquicia de la JATP, pero casi inmediatamente los artistas que aparecían en sus conciertos reconocieron la oportunidad de hacer grabaciones de estudio. A finales de la década de 1940 y principios de la de 1950, los artistas que Granz grabó para sus sellos Clef y Norgran incluían a Charlie Parker, Billie Holiday, Dizzy Gillespie, Lester Young, Count Basie y Stan Getz.
Poco después de fundar Verve, Granz puso a Clef y Norgran bajo el paraguas de su nueva compañía, una medida que dio a su incipiente sello una lista de artistas y grabaciones, que ahora representan gran parte de lo que se considera mejor de esta época dorada del jazz. Verve contrató a nuevos artistas y, a medida que la empresa se expandía y tenía más éxito, muchos nuevos aficionados descubrieron que el jazz era de su agrado. Las grabaciones de Ella Fitzgerald del Great American Songbook, empezando por The Cole Porter Songbook en 1956, son algunos de los primeros triunfos de los discos de larga duración. Al igual que los álbumes de Ella con Louis Armstrong, que no es una elección obvia de compañeros de dúo, pero que funciona brillantemente. La grabación de Satchmo con Oscar Peterson es otro caso de tomar a dos gigantes de la música y juntarlos para crear magia en el estudio. Para obtener lecturas sublimes de estándares, basta con escuchar Louis Armstrong Meets Oscar Peterson y se convencerá de que está en compañía de dos de los mejores músicos de jazz del siglo XX.
El pianista canadiense Oscar Peterson fue el artista más grabado en los discos Verve. Su trabajo como acompañante y socio de algunos de los mejores músicos del sello produjo resultados impresionantes, basta con escuchar Ben Webster Meets Oscar Peterson. Pero la brillantez de O.P. como líder de un trío o cuarteto es donde realmente brilla. Sus grabaciones del Great American Songbook, The Jazz Soul of Oscar Peterson u Oscar Peterson At the Concertgebouw son testimonio de ello.
En sus primeros años, Clef grabó a dos de los más consumados exponentes del piano de jazz, Art Tatum y Bud Powell. Pero fue en 1962 cuando otro maestro de los blancos y negros hizo su disco de debut para Verve, Empathy de Bill Evans. Siguió una serie de grabaciones diversas y creativas, desde la magistral Conversations With Myself hasta la épica Bill Evans With Symphony Orchestra.
Count Basie es otro que trabajó con algunos de los más grandes nombres del jazz, como Ella Fitzgerald y Frank Sinatra. Sin embargo, sólo llegó a hacerlo porque había liderado una de las mejores bandas desde los años 30. Un veterano relativo produjo una serie de buenos álbumes como Count Basie and His Orchestra, primero para Clef, pero basta con escuchar su primer lanzamiento en el sello Verve, April in Paris, para escuchar por qué una big band es una de las experiencias musicales más emocionantes… de todos los tiempos.
Nuevas direcciones
En 1960 Granz vendió Verve a MGM Records y pronto Creed Taylor dirigió el sello y lo llevó en una nueva dirección. Le ayudó mucho la moda del jazz de la Bossa Nova que llegaba de Sudamérica, los discos de Stan Getz con Charlie Byrd, con Joao Gilberto y, por supuesto, con su mujer Astrud. El jazz no sólo estaba de moda, sino que estaba en las listas de éxitos y era más popular que nunca. Como prueba de ello, el álbum de Getz/Gilberto (Joao), que incluye ‘The Girl From Ipanema’, ganó el premio Grammy al álbum del año en 1965.
Verve fichó a nuevos artistas, entre ellos, Jimmy Smith y Wes Montgomery, que se convirtieron en otros conductos para los conversos. Jimmy Smith había grabado una serie de buenos álbumes para Blue Note, pero cuando grabó para Verve alcanzó la cima de su carrera. Para la innovación y la creatividad basta con escuchar The Cat (1964), un álbum que se ve reforzado por los complejos arreglos de Lalo Schifrin, o Bashin’ The Unpredictable Jimmy Smith de 1962, que cuenta con los arreglos de Oliver Nelson – la big band se encuentra con el Hammond, pero en ningún momento se ve ensombrecido el órgano de ataque de Smith.
Jimmy Smith hizo algunos buenos discos con Wes Montgomery, incluyendo The Dynamic Duo, Creed Taylor continuando con la idea de Granz de emparejar a algunos de los mejores talentos del sello, pero fueron los discos en solitario del guitarrista sobre los que se construyó su reputación. Wes Montgomery debutó para Verve en 1964 y al año siguiente publicó Bumpin’, que es un punto de partida tan bueno como cualquier otro para explorar la capacidad de Montgomery de hacer que seis cuerdas suenen al menos como el doble de ese número.
Verve Records en el siglo XXI
El virtuosismo ha seguido siendo primordial para el sello Verve y Diana Krall es una de las músicas más dotadas y con más talento que han tocado jazz en la era moderna. La gente habla del don del tiempo de Frank Sinatra y de su capacidad para meterse en una canción. Krall está a la altura de él en el mismo plano. Ella profundiza y nos cuenta cosas sobre las canciones como nadie más puede hacerlo. The Look Of Love, de 2001, llegó al número 9 de la lista principal de Billboard y se ha convertido en el disco más vendido de Diana Krall. La magnífica voz de Krall y el perfecto acompañamiento de piano a los delicados y lánguidos arreglos de Claus Ogerman, y la exquisita producción de Tommy LiPuma, hacen de éste un disco que rezuma clase, en la mejor tradición de los grandes discos de Verve de décadas anteriores.
Una verdadera leyenda, no fue hasta 1994 que Herbie Hancock grabó finalmente para Verve, pero una vez que lo hizo parecía que había estado esperando el momento. En 2007 su álbum River: The Joni Letters ganó el Grammy al Álbum del Año y es una obra maestra. Es el tipo de álbum que hay que poner a la gente que dice: «No estoy seguro de que me guste el jazz».
Hoy en día, bajo la dirección de David Foster, Verve Records está produciendo nuevas grabaciones de calidad de artistas que incluyen a Diana Krall, Trombone Shorty, Lizz Wright y Smokey Robinson. Setenta años después de que Norman Granz decidiera sacar el jazz de los clubes y llevarlo a las salas de concierto, la revolución musical que él fundó sigue floreciendo. En el primer concierto de Jazz at the Philharmonic, el 2 de julio de 1944, Nat King Cole estuvo entre los artistas que aparecieron. En 2013, entre los lanzamientos de Verve ha habido uno de la hija de Nat King Cole, Natalie Cole en Español: la rueda ha cerrado el círculo.
En 2013, el libro de 400 páginas Verve – the Sound of America fue publicado por Thames & Hudson para contar la historia de este sello discográfico verdaderamente notable. Cuenta con más de 1200 imágenes, la mayoría de las cuales fueron tomadas en el archivo de Verve en Nueva York. Para acompañar el libro, se publicó una caja con cinco CDs: Verve: The Sound Of America: The Singles Collection – que recorre la historia del sello a través de 100 de sus lanzamientos de sencillos y también una serie de diez reediciones en vinilo con la carátula original, remasterizada en Abbey Road, que incluye LPs de Charlie Parker, Stan Getz, Oscar Peterson y Billie Holiday.
