El hierro forjado es un material hermoso y duradero cuando se utiliza para muebles de exterior, barandillas y accesorios ornamentales, así como para acentos de interior, como estantes, soportes y accesorios. Debido a su textura algo áspera, el hierro forjado tiende a acumular polvo y suciedad un poco más fácilmente que las superficies lisas, pero cuando se pinta y se mantiene adecuadamente, la limpieza es bastante fácil.
El hierro forjado es un metal con un contenido de carbono muy bajo en comparación con el acero, lo que lo hace muy maleable y fácil de moldear y soldar en piezas decorativas con formas intrincadas que pueden acumular polvo y suciedad. Además, todos los metales con base de hierro acaban oxidándose y corroyéndose; el hierro forjado es especialmente susceptible de hacerlo si se deja que la capa de pintura de la superficie se desprenda o se desconche. Especialmente en lugares al aire libre, la limpieza del hierro forjado puede implicar el lijado o amolado de la pintura suelta y el óxido con el fin de limpiar a fondo el metal antes de volver a pintar.
Aquí tiene algunos suministros básicos que debe tener a mano para limpiar el hierro forjado:
- Aspiradora con cepillo de sujeción
- Cubo
- Jabón de cocina suave
- Trapo de limpieza
- Pequeño cepillo de nylon para detalles
- Pulverizador a presión o manguera de jardín (opcional)
- Rascador de pintura
- Papel de lija
- Máscara antipolvo
- Protección para los ojos
- Taladro con cepillos de alambre y discos de lijado
- Pintura para retocarpintura
Limpieza general
La limpieza rutinaria del hierro forjado no difiere mucho de la limpieza de cualquier superficie doméstica.
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Las superficies de hierro forjado pueden estar bastante polvorientas, así que empiece por utilizar una aspiradora con un cepillo para eliminar todo el polvo y la suciedad que pueda.
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Utilice una mezcla suave de agua y jabón para platos para limpiar todas las superficies. En las piezas complejas, sumerja un pequeño cepillo de nylon (un cepillo de dientes puede servir) en agua jabonosa y utilícelo para fregar las grietas y las curvas cerradas.
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Aclare con agua clara. En los muebles de exterior o las barandillas, puede rociar el hierro forjado con una manguera de jardín.
Limpieza previa al retoque de pintura
Una limpieza más a fondo es necesaria si sus piezas de hierro forjado tienen pintura desconchada u óxido.
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Utilice un rascador de pintura para eliminar cualquier pintura suelta. Asegúrese de barrer y desechar los trozos de pintura.
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Utilice un taladro con un cepillo de alambre para quitar la pintura descascarada de las pequeñas grietas y para eliminar la mayor parte del óxido de las superficies de hierro desnudas. Esto puede ser un trabajo sucio, así que use protección para los ojos y una máscara contra el polvo.
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Una vez eliminada toda la pintura suelta, utilice papel de lija para eliminar cualquier resto de óxido en las superficies metálicas expuestas.
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Haga una limpieza a fondo de toda la pieza para eliminar cualquier polvo suelto.
Opción de pulverizador a presión
Un pulverizador de alta presión puede ser una opción en piezas de hierro forjado con mucha pintura desconchada y descascarada. Un pulverizador de presión puede hacer un trabajo corto para quitar la pintura suelta de las superficies metálicas, siempre que estén en buen estado. Un pulverizador a presión es una herramienta potente y seria, así que utilícelo con precaución y tenga cuidado de no dañar las superficies adyacentes.
Consejos para volver a pintar
Una vez eliminada toda la pintura suelta, el óxido y la suciedad, proceda lo antes posible a pintar el hierro forjado. Si se deja expuesto, el hierro se oxidará rápidamente. Para obtener los mejores resultados, utilice una imprimación antioxidante en todo el metal desnudo y, a continuación, aplique al menos dos capas de pintura de esmalte duradera. Las pinturas en spray son la mejor opción para pintar herrajes con detalles complejos. Aplicar varias capas ligeras proporciona mejores resultados que intentar cubrir con una sola capa gruesa.
Consejo: Las superficies de hierro forjado pintadas pueden pulirse periódicamente con cera para automóviles para protegerlas y mantener su brillo. Después de que la cera se haya secado, pula el hierro con un paño suave para crear un brillo atractivo. Las superficies enceradas también son menos propensas a acumular polvo y suciedad, y menos propensas a oxidarse.