Plantas de interior desesperadas: Cómo lidiar con las enfermedades comunes de las plantas de interior

Las plantas de interior pueden desarrollar muchos problemas, principalmente debido a causas ambientales o culturales. Las enfermedades no son tan comunes en la mayoría de las plantas de interior porque las condiciones ambientales no son favorables para que los patógenos de las plantas crezcan e infecten las plantas. Sin embargo, existen afecciones fúngicas, víricas y bacterianas que pueden afectarlas. Siga leyendo para saber más.

Prevención de los problemas de las plantas de interior

El primer paso para controlar la mayoría de las enfermedades es la prevención. Compre siempre plantas libres de enfermedades. Utilice tierra limpia al trasplantar, frotando cuidadosamente las macetas antes de reutilizarlas para matar cualquier organismo patógeno que pueda estar presente. Si proporciona a sus plantas de interior las condiciones de crecimiento adecuadas, dándoles mucho cariño y comprobando a menudo si tienen problemas, reducirá significativamente las posibilidades de enfermedad, convirtiendo las plantas de interior desesperadas en plantas felices.

El riego puede ser el aspecto más importante para la salud de las plantas; sin embargo, la mayoría de la gente tiende a regar en exceso, creando un caldo de cultivo para los hongos y otros agentes causantes de enfermedades. Compruebe siempre primero el suelo para determinar si es necesario regar, metiendo el dedo en la tierra. Si está seca, añada un poco de agua, pero si está húmeda (o levemente), déjela en paz. Además, asegúrate de que todas las plantas de interior tienen una ventilación adecuada, lo que incluye mucho espacio. En otras palabras, no las agobies. Compruebe continuamente si hay flores y follaje gastados y elimínelos también.

Cómo tratar las enfermedades comunes de las plantas de interior

Enfermedades fúngicas

Los hongos son uno de los factores más comunes de enfermedad en las plantas de interior. A la mayoría de ellas puede contribuir el exceso de riego, ya que la mayoría de los hongos necesitan humedad para desarrollarse. Estos son los problemas fúngicos más comunes que puede encontrar en sus plantas de interior:

  • Antracnosis – La antracnosis se presenta con las puntas de las hojas que se vuelven amarillas, pasando gradualmente a un color marrón oscuro y acabando por morir. Las hojas infectadas deben ser arrancadas y destruidas.
  • Podredumbre de la raíz y del tallo – Tanto la podredumbre de la raíz como la del tallo pueden estar asociadas a un hongo, debido sobre todo a un suelo demasiado húmedo por un mal drenaje o un exceso de riego. Tanto las raíces como el tallo se ablandan, se vuelven marrones/negros, se marchitan y mueren. Por lo general, es demasiado tarde para salvar la planta una vez que se detecta esta enfermedad; sin embargo, se puede prevenir fácilmente con el uso correcto del riego y un buen drenaje. Sin embargo, si sólo algunas de las raíces están afectadas, trasplantar la planta en una maceta esterilizada puede ayudar.
  • Manchas en las hojas – Las manchas fúngicas en las hojas pueden incluir pequeñas manchas marrones con márgenes amarillos o manchas negras. Retire y destruya la planta de interior afectada, ya que los hongos prosperan en la materia vegetal en descomposición. El aceite de neem también puede ayudar.
  • Botritis – La botritis, o moho gris, es otra enfermedad provocada por los hongos. Aparece como un moho gris y borroso en el follaje y los tallos. Como se propaga con facilidad, lo mejor es desechar toda la planta y esterilizar la maceta. Para prevenir la botritis, inspeccione diariamente las plantas de interior en busca de hojas marrones o muertas y retírelas rápidamente.
  • Oídio – El oídio deja una capa blanca parecida al polvo en todas las partes de la planta. Estas infecciones suelen ser el resultado de hongos procedentes de la materia vegetal en descomposición o de las esporas transportadas por el aire y la alta humedad. Se recomienda una buena ventilación y un riego cuidadoso. Deje que la planta se seque, colocándola en un lugar soleado, si es necesario. En el caso de plantas gravemente infectadas, retírelas y destrúyalas.

Enfermedades víricas o bacterianas

Algunas plantas de interior desarrollan enfermedades víricas o bacterianas. Las afectadas por un virus no son tan comunes a no ser que se dejen al aire libre; sin embargo, pueden aparecer atrofiadas en su crecimiento con hojas arrugadas y de color moteado. La mayoría de las veces, las infecciones víricas están causadas por insectos, como los pulgones y los nematodos.

Las plantas de interior afectadas por hidropesía o edema bacteriano presentan manchas empapadas de agua con hinchazones en forma de corcho a lo largo de la superficie de la hoja y el tallo. Es posible que las plantas de interior no se recuperen del todo; sin embargo, el trasplante puede ayudar a mejorar sus posibilidades, así como el drenaje y la ventilación. De lo contrario, deben ser retiradas y destruidas.

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