William Morris (1834-1896) fue poeta, artista, diseñador, romántico, socialista, defensor de la vuelta a los estilos y materiales artesanales tradicionales y vendedor ambulante de papel pintado venenoso, según un nuevo estudio1.
Andy Meharg, de la Universidad de Aberdeen (Escocia), ha encontrado arsénico en el pigmento verde de una de las primeras muestras de papel pintado de Morris, producido entre 1864 y 1875. Ya a mediados del siglo XIX se sospechaba que estos pigmentos liberaban gases tóxicos si se humedecían.
Morris no ignoraba el peligro para la salud. Era accionista y a veces director de la empresa minera de su padre, Devon Great Consols (DGC), el mayor productor de arsénico de la época. Los trabajadores de DGC sufrían enfermedades relacionadas con el arsénico, y muchos murieron de enfermedades pulmonares. Las actividades de la empresa causaron un inmenso daño medioambiental.
No obstante, desestimó la preocupación del público por los pigmentos a base de arsénico en los papeles pintados, escribiendo en una carta de 1885: «es difícil imaginar una locura mayor: los médicos fueron mordidos por la fiebre de las brujas». Si realmente hubiera un problema, afirmaba Morris, «seguro que nos enteraríamos».
La alarma sobre los verdes de arsénico en el papel pintado había surgido varios años antes. Por ejemplo, en la década de 1860 el periódico Times de Londres informaba de que «no era muy raro que los niños que dormían en un dormitorio así empapelado murieran de envenenamiento por arsénico, no descubriéndose la verdadera naturaleza del mal hasta que era demasiado tarde».
A pesar de la indiferencia de Morris ante estas preocupaciones, los productores de su papel pintado, Jeffreys and Co, estaban lo suficientemente preocupados como para cambiar a un verde sin arsénico en 1875.
Artista y artesano
William Morris fue uno de los fundadores del movimiento británico Arts and Crafts (Artes y Oficios), que deploraba el declive de los estándares de fabricación provocado por la producción en masa a base de máquinas durante la era victoriana. Reclamaba la vuelta a la fabricación artesanal de objetos que había caracterizado a la Edad Media, y creó una empresa para producir papeles pintados, textiles impresos y tejidos, alfombras, bordados, tapices y libros utilizando métodos, materiales y temas tradicionales.
Se ha convertido en una especie de icono del movimiento ecologista moderno. Condenó los efectos deshumanizadores de la industrialización y su libro News From Nowhere (1890) presenta una visión utópica de un mundo preindustrial idílico e idealizado.
Al producir sus textiles estampados con abundantes dibujos, que se inspiran en el mundo natural, Morris rechazó los nuevos tintes sintéticos, disponibles desde la década de 1850, afirmando «haber utilizado sólo los tintes que son naturales y simples» (basados en extractos de plantas y animales) «porque producen belleza casi sin la intervención del arte».
Pero el análisis químico de Meharg sugiere ahora que Morris no siempre extendió los mismos principios a las pinturas utilizadas en su característico papel pintado. El verde de su papel estampado Trellis -la primera gama producida comercialmente, a partir de 1864- es un compuesto sintético de cobre y arsénico. Esto lo identifica como el verde de Scheele, una sustancia descubierta en 1775 por el químico sueco Carl Wilhelm Scheele, o como el verde esmeralda, elaborado por un fabricante de pinturas alemán en 1814.
Ambos pigmentos eran relativamente baratos, por lo que se utilizaban para el estampado de papeles pintados producidos en masa. Pero las zonas gruesas de pigmento podían desprenderse y crear polvo tóxico. Y los hongos que crecían en condiciones de humedad podían convertir el arsénico en una forma química volátil. Según la leyenda, Napoleón se envenenó con un papel pintado de verde durante su exilio en la isla de Santa Elena.
Esta revelación llega justo cuando los entusiastas de las Artes y Oficios se preparan para la reapertura de uno de los mayores logros de Morris, su «Casa Roja» en Bexleyheath, al sureste de Londres. El joven Morris encargó y vivió aquí durante las décadas de 1850 y 1960. Él mismo la decoró en colaboración con Philip Webb (cofundador del movimiento Arts and Crafts) y los prerrafaelistas Dante Gabriel Rossetti y Edward Burne-Jones.
La casa ha sido restaurada por el National Trust del Reino Unido y se abrirá al público (con reserva previa) a partir de julio. Los visitantes no deben preocuparse por los gases tóxicos: no hay ningún papel pintado de Morris en las paredes.