Winslow Homer’s ‘The Fog Warning’ nos sumerge en una situación de peligro para la vida

La noche se acerca, y en la distancia una gran niebla oceánica se mueve. Nuestro héroe, con el corazón en marcha, ha estado tirando de su bote a través del agua. Pero véanlo ahora, con sus brazos tensos y sus puños apretados agarrando los remos, equilibrados en sus horquillas. Es una fracción de segundo de quietud, un momento de equilibrio, mientras se detiene a hacer cálculos cruciales. Los remos casi riman con el horizonte.

¡Pero escucha al crítico de arte parlotear! No es momento para la estética; la vida de un hombre pende de un hilo.

Mientras el barco de madera es levantado por un turbulento oleaje, gana la suficiente altura para comprender su situación. Dos enormes fletanes -la captura del día, el medio de vida del pescador- se deslizan hacia la popa.

Este es el momento que Winslow Homer nos muestra en «The Fog Warning», que pintó en 1885. Captamos el apuro del hombre en el mismo momento en que él lo hace. Y no es bueno.

Allí, en el horizonte, está el barco al que debe hacer su regreso arrastrándose, rodando por el mar. Está muy lejos. El oleaje es tremendo. Un segundo después, el barco desaparecerá de la vista. Y esto sucederá de nuevo, y de nuevo y de nuevo.

¿Estaba el agua en calma y cristalina antes, cuando hizo su buena captura aquí en los Grandes Bancos, frente a la costa de Terranova – una de las zonas de pesca más ricas del mundo? Tal vez sí. Pero observen ahora la espuma en primer plano, los casquetes blancos en retroceso, el mar agitado, con hoyuelos, indiferente. Las cosas han empeorado.

Las probabilidades están en contra de nuestro héroe. Si el barco se ha perdido en la niebla que se arrastra, él también está perdido.

Es fácil ver «La advertencia de la niebla», que cuelga en el Museo de Bellas Artes de Boston, como un artefacto de la cultura, una construcción, una muestra de primera clase de la mecánica pictórica. La alta línea del horizonte bajo el cielo del atardecer teñido de rosa pálido; el rostro estoico e inexpresivo del hombre mostrado de perfil, que casi nos invita a proyectar nuestras emociones en él; la luz rasante que roza el agua del mar que, bajo su piel gris pizarra, es salobre y oscura; la embarcación crestada y sin cubierta, su contenido desnudo a disposición de nuestros ojos…

Todo eso es digno de mención.

Pero también es laborioso, y puede distraer del poder simple y único de la imagen de Homero. La fuente de ese poder es una sensación de inmersión en una nueva realidad que no es del todo «alternativa», ni mucho menos «hipotética»: es algo más urgente, misterioso y cercano. Es un sentimiento de identificación, de ser arrastrado. Una sensación de que la situación descrita podría ser la tuya.

¿Y qué harías entonces?

Grandes obras, en el punto de mira
Una serie que presenta las obras favoritas del crítico de arte Sebastian Smee en las colecciones permanentes de Estados Unidos. «Son cosas que me emocionan. Parte de la diversión es tratar de averiguar por qué».

Edición fotográfica e investigación por Kelsey Ables. Diseño y desarrollo por Junne Alcantara.

Sebastian Smee

Sebastian Smee es un crítico de arte ganador del Premio Pulitzer en The Washington Post y autor de «El arte de la rivalidad: Cuatro amistades, traiciones y rupturas en el arte moderno». Ha trabajado en el Boston Globe, y en Londres y Sydney para el Daily Telegraph (Reino Unido), el Guardian, el Spectator y el Sydney Morning Herald.

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