Las obras románticas de Shakespeare

Definir las obras de Shakespeare como «obras románticas» es un asunto relativamente nuevo. Tradicionalmente, las obras de Shakespeare se han clasificado como «comedias», «historias», «romances» o «tragedias», pero a medida que pasaba el tiempo y los estudiosos empezaban a considerar a Shakespeare como el mayor escritor inglés de todos los tiempos, sus obras fueron estudiadas con más detenimiento por académicos, investigadores y críticos. Se hizo difícil aceptar las antiguas categorías porque muchas de las obras se negaban a encajar en ellas, por lo que empezaron a ser descritas de diferentes maneras.

A medida que Shakespeare se acercaba al final de su carrera, se interesó más por algunas de las ideas que había tocado en las obras anteriores. Shakespeare utilizó temas como las cualidades redentoras de la naturaleza en contraposición a la rancia corrupción de la vida en la ciudad y en la corte; la regeneración que representaba la generación joven; y los encuentros con experiencias espirituales. En lugar de que los personajes defectuosos murieran como resultado de sus deficiencias, como encontramos en los modelos más aristotélicos como Macbeth, podían ser redimidos por una hija o por la naturaleza o por una combinación de ambas. El personaje podía arrepentirse de sus errores y malas acciones y se le permitía vivir, emprender una nueva vida que esas cosas le habían enseñado.

Estas obras tardías tenían elementos de comedia y tragedia, además de tener una visión más amplia de la vida. Se han convertido en una nueva clasificación, denominada por los estudiosos como obras románticas. Las obras de Shakespeare generalmente aceptadas como obras románticas son:

  • Pericles
  • Cymbeline
  • El cuento de invierno
  • La tempestad

Las cosas que tienen en común estas cuatro obras son que se resuelve algún conflicto o injusticia que ocurrió hace mucho tiempo; que el autor evita la muerte mediante un arrepentimiento sincero y pleno; y que sucesos extraordinarios como naufragios, disfraces improbables y acontecimientos sobrenaturales actúan como recursos dramáticos. Las obras también presentan la reunificación de familias divididas. Mientras que en las comedias hay un final feliz en el que todos los personajes se emparejan en el amor y la felicidad, en las obras románticas hay emparejamientos y finales felices, pero siempre con las oscuras sombras proyectadas por los desagradables sucesos que acechan en la memoria de todos. A estas obras se les llama también «tragicomedias»

Aunque se encuentra una bella poesía en todas las obras de Shakespeare, éste parece hacer un esfuerzo especial por ser poético en las obras románticas. Los bellos pasajes de estas obras románticas son las piezas de recitación favoritas, y han sido musicalizadas por algunos de los mejores compositores del último medio siglo.

La Compañía de Teatro de Sudán del Sur representa la obra romántica de Shakespeare Cymbeline

La Compañía de Teatro de Sudán del Sur representa la obra romántica de Shakespeare Cymbeline

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