El sangrado no suele estar causado por algo grave, pero es muy importante asegurarse y averiguar la causa enseguida.
Póngase en contacto con su médico o matrona si nota que sangra por la vagina en cualquier momento del embarazo.
Al principio del embarazo puede que tenga un ligero sangrado, llamado «manchado», cuando el feto se planta en la pared del útero. Esto también se conoce como «sangrado de implantación» y suele ocurrir alrededor del momento en que debería haber llegado tu primer periodo tras la concepción.
Causas del sangrado
Durante las primeras 12 semanas de embarazo, el sangrado vaginal puede ser un signo de aborto espontáneo o de embarazo ectópico (cuando el feto se implanta fuera del útero, a menudo en la trompa de Falopio). Sin embargo, muchas mujeres que sangran en esta etapa del embarazo siguen teniendo embarazos normales y satisfactorios.
En las últimas etapas del embarazo, el sangrado vaginal puede tener muchas causas diferentes. A continuación se describen algunas de las más comunes.
Cambios en el cuello uterino
Las células del cuello uterino suelen cambiar durante el embarazo y hacen que sea más probable que se produzca un sangrado, sobre todo después de mantener relaciones sexuales. Estos cambios celulares son inofensivos y se denominan «ectropión cervical». Las infecciones vaginales también pueden causar una pequeña cantidad de sangrado vaginal.
Un ‘show’
El tipo de sangrado más común al final del embarazo es la pequeña cantidad de sangre mezclada con moco que se conoce como ‘show’. Esto ocurre cuando el tapón de moco que ha sellado el cuello del útero durante el embarazo se desprende. Es una señal de que el cuello del útero está cambiando y preparándose para el inicio de la primera fase del parto. Puede ocurrir unos días antes de que comiencen las contracciones o durante el propio parto.
Desprendimiento de la placenta
Se trata de una enfermedad grave en la que la placenta comienza a desprenderse del interior de la pared del útero. El desprendimiento de la placenta suele provocar dolor de estómago, aunque no haya sangrado. Si se produce cerca de la fecha prevista de parto, el bebé puede nacer antes de tiempo.
Placenta previa
La placenta previa, a veces llamada «placenta baja», se produce cuando la placenta se adhiere a la parte inferior del útero, cerca o cubriendo el cuello uterino. Esto puede bloquear el camino del bebé hacia el exterior. La posición de la placenta se registra en la exploración morfológica.
Si la placenta está cerca del cuello uterino o lo cubre, el bebé no podrá pasar por encima de ella para nacer por vía vaginal, y se recomendará una cesárea.
La vasa previa
La vasa previa es una afección poco frecuente, que se produce en aproximadamente 1 de cada 3.000 a 1 de cada 6.000 nacimientos. Se produce cuando los vasos sanguíneos del cordón umbilical atraviesan las membranas que cubren el cuello uterino. Normalmente, los vasos sanguíneos están protegidos dentro del cordón umbilical. Cuando se rompen las membranas y se rompe la bolsa, estos vasos pueden desgarrarse y provocar una hemorragia vaginal. El bebé puede perder una cantidad de sangre que ponga en peligro su vida y morir.
Es muy difícil diagnosticar los vasa praevia, pero en ocasiones pueden detectarse antes del nacimiento mediante una ecografía. Se debe sospechar la existencia de vasa previa si hay una hemorragia y el ritmo cardíaco del bebé cambia repentinamente tras la rotura de las membranas. Está relacionada con la placenta previa.
Descubrir la causa de la hemorragia
Para averiguar la causa de la hemorragia, es posible que tenga que hacerse un examen vaginal o pélvico, una ecografía o análisis de sangre para comprobar sus niveles hormonales. Su médico también le preguntará sobre otros síntomas, como calambres, dolor y mareos. Es posible que las pruebas e investigaciones no encuentren la causa de la hemorragia.
Si sus síntomas no son graves y su bebé no va a nacer hasta dentro de un tiempo, se la controlará y, en algunos casos, se la mantendrá en observación en el hospital. Es posible que tengas que pasar la noche en el hospital, o hasta el parto, dependiendo de la causa de la hemorragia y del número de semanas de embarazo que tengas. De este modo, el personal podrá vigilarte a ti y a tu bebé para poder actuar con rapidez en caso de que haya algún otro problema.