Diga «Raceabout» y la respuesta pavloviana es invariablemente Mercer, al igual que «Bearcat» dice Stutz. Como corresponde, estos dos coches fueron rivales intensos. Es discutible cuál era el mejor. Visualmente, el Raceabout fue el claro ganador.
El triunfo estético del Mercer es interesante porque no hay mucho en el coche: un capó delante, un depósito de gasolina detrás, guardabarros al lado, un par de asientos de cubo entre ellos, un parabrisas monocular para el conductor. Se trata de lo más esencial para el automovilismo deportivo, pero su simetría es sublime y su aspecto es menos brutal que el del Bearcat.
En el interior del habitáculo se encuentran los pedales de embrague y freno y el volante; en el exterior, las palancas de cambio y freno y el pedal del acelerador. Capaz de alcanzar más de 70 mph, el Raceabout prefería ir a parar. Como la mayoría de las máquinas deportivas de su época, los frenos eran un punto débil, aunque pisar el pedal y tirar con fuerza de la palanca de mano solía evitar el desastre. El Raceabout era un automóvil para el conductor. El pasajero se aferraba a su vida.
Los Mercers se construyeron en la ciudad de Trenton, en el condado de Mercer, Nueva Jersey. La empresa estaba respaldada por las familias Roebling y Kuser, cuyos créditos anteriores incluían el puente de Brooklyn. La idea del Raceabout fue de Washington A. Roebling II; su realización, del talentoso ingeniero autodidacta Finley Robertson Porter. Los Raceabouts representaban unos 150 de la producción anual de aproximadamente 500 coches de Mercer. En 1911, los Raceabouts ganaron cinco carreras importantes… de las seis en las que participaron. En 1912, el piloto profesional Ralph De Palma estableció ocho nuevos récords mundiales con un Raceabout en Los Ángeles, mientras que el piloto aficionado Spencer Wishart compró uno en Ohio por 2.500 dólares y enseguida estableció otros cuatro récords en Columbus.
El éxito del Raceabout llevó a Mercer a desarrollar versiones especiales para la competición. La mayoría de los historiadores consideran que la posterior batalla entre el Bearcat y el Raceabout fue un empate. Mientras tanto, en 1914, Eric Delling, sucesor de Porter en Mercer, rediseñó el Raceabout pasando de un motor en T a uno en L y añadiendo comodidades como puertas, parabrisas completo, asiento corrido e incluso amortiguadores. Ahora era posible, según la empresa, enhebrar una aguja a velocidad. Sin embargo, un auténtico deportivo prefería el T-head de Porter… y se aferraba a su vida.