- 1 de octubre de 2013
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Los médicos describen el delirio como una condición médica que hace que el estado mental de un paciente cambie de un lado a otro (a veces se explica como «crecimiento y disminución»). Los cuidadores suelen pensar que es cuando su familiar parece «no ser él mismo», ya sea en el hospital o después de volver a casa. A veces, un familiar gravemente enfermo parece alterado, agitado, combativo o incluso psicótico. Puede ver cosas que no existen o murmurar de forma incomprensible. Puede intentar levantarse de la cama o querer caminar sin ayuda, a pesar de estar muy débil. Otras veces un miembro de la familia puede parecer lento, confuso o con mucho sueño. Puede que no le responda o que se quede dormido en mitad de una frase. Todos estos comportamientos pueden ser signos de delirio.
El término «atardecer» se utiliza a menudo en lugar de delirio, debido a que muchos de estos cambios tienen lugar por la tarde y por la noche. El delirio es diferente de la demencia, que es una progresión lenta de la pérdida de memoria y de la función general. Sin embargo, los pacientes con demencia tienen un mayor riesgo de desarrollar delirio.
El delirio aún no se comprende del todo, pero los científicos están descubriendo que está asociado a un desequilibrio de las sustancias químicas del cerebro, a menudo relacionado con un problema médico subyacente en el organismo. Una de las causas más comunes es la infección. Algo tan simple como una infección de la vejiga (a veces llamada infección del tracto urinario) o una neumonía puede provocar delirio. Otras causas son ciertos medicamentos, alteraciones de los electrolitos u otras sustancias químicas en la sangre y fallos en los riñones o el hígado (que ayudan a eliminar los residuos y las toxinas del organismo). En las personas mayores, el delirio también puede ser provocado por cosas como un estreñimiento grave, un ataque al corazón, un derrame cerebral o simplemente por estar en el hospital o en una unidad de cuidados intensivos. Un cambio en el estado mental de un paciente puede deberse a una combinación de estos y otros problemas.
Es importante recordar que usted conoce a su familiar mejor que nadie. Puede notar un ligero cambio en el comportamiento, el habla o la personalidad que los médicos y las enfermeras no ven. Comunique al médico que atiende a su ser querido sus preocupaciones, para que el equipo médico pueda empezar a buscar las causas de estos cambios. El delirio es una afección médica grave.
Puede ser necesario realizar pruebas especiales para encontrar la causa del delirio de su ser querido, de modo que el equipo médico pueda elaborar un plan para intentar solucionar el problema. Sin embargo, los estudios han demostrado que, aunque se corrija la causa original del delirio, su familiar puede tardar semanas o meses en volver a la «normalidad». Por desgracia, en algunos casos, los pacientes nunca se recuperan del todo. Esto es especialmente cierto en pacientes de edad avanzada o con enfermedades crónicas o graves.
El delirio puede ser muy aterrador para los cuidadores. En algunos casos, el paciente puede no reconocer a su cuidador, puede no responder o incluso puede ser hiriente. Es importante recordar que el delirio es una condición médica y que su ser querido no puede controlar estos comportamientos. Usted puede ayudar a su ser querido simplemente estando con él. Su cara familiar en un mar de médicos y enfermeras puede tranquilizar al paciente y ayudarle a mantener la calma. Rodear a su ser querido con imágenes u objetos familiares también puede ayudar a mejorar su estado mental. En algunos hospitales, se colocan grandes relojes o calendarios en las habitaciones de los pacientes para ayudar a mejorar su sentido de la orientación. Así pues, aunque el delirio puede ser molesto para los pacientes y sus familias, hay cosas prácticas que puede hacer para ayudar a mejorar la situación.
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