¿Qué es la deficiencia de tirosina hidroxilasa?

La deficiencia de tirosina hidroxilasa (TH) (también conocida como distonía recesiva con respuesta a la dopamina) es un raro trastorno metabólico caracterizado por la falta de la enzima que participa en la conversión del aminoácido tirosina en Ldopa.

La TH es una enzima crítica en la producción normal de dopamina. La falta de esta enzima hace que los neurotransmisores no puedan señalizarse adecuadamente. Los neurotransmisores dopamina, norepineferina, epineferina (conocidos colectivamente como catecolaminas) y serotina son deficientes en el sistema nervioso central y en la periferia.

Los pacientes con deficiencia de TH pueden desarrollar trastornos del movimiento, síntomas autonómicos (inestabilidad de la presión arterial, irregularidades de la temperatura), movimientos oculares anormales y deterioro neurológico.

¿Qué síntomas se asocian a la deficiencia de TH?

Una amplia gama de síntomas puede asociarse a la deficiencia de TH, y la afectación puede variar de leve, moderada a grave.

Leve:

En los casos más leves, caminar o correr puede ser torpe, pero poco más puede notarse inicialmente. Los síntomas pueden progresar lentamente a medida que el niño crece. Un lado del cuerpo puede parecer más débil, o el niño puede empezar a caminar de puntillas debido a cierta rigidez de los músculos de las piernas. Son frecuentes las dificultades de atención en la escuela.

Los niños con síntomas leves suelen tratarse con éxito con medicación.

Moderada:

En los casos de afectación moderada, es posible que el niño no pueda caminar en absoluto o que le resulte extremadamente difícil hacerlo. Es común la postura inusual de los brazos o la posición de los mismos al intentar caminar o andar de puntillas. Puede haber movimientos oculares anormales, temblores y retraso en el habla. Los niños con síntomas moderados suelen responder bien al tratamiento, pero el beneficio total puede tardar muchos meses.

Severa:

En los casos más graves, los niños están físicamente discapacitados y afectados desde la primera infancia. Esto se conoce a veces como la variante de la enfermedad de Parkinson infantil. Los pacientes pueden presentar todos o algunos de los siguientes síntomas;

  • Tensión muscular (rigidez, espasticidad)
  • Posturas anormales (arqueo de la espalda)
  • Tremor
  • Poco control muscular
  • Movimientos oculares anormales (desviación del ojo hacia arriba, hacia abajo o hacia la nariz)
  • Estrabismo (ojos cruzadosojos)
  • Ptosis (caída de los párpados)
  • Retraso del habla
  • Dificultades para alimentarse o tragar
  • Estreñimiento
  • Torticolis (desviación involuntaria de la cabeza y el cuello)
  • Cambios intermitentes cambios de color
  • Temperaturas corporales bajas o fiebres inexplicables
  • Bajo nivel de azúcar en sangre
  • Dificultad para regular la presión arterial

Los niños gravemente afectados son más difíciles de tratar, y pueden ser necesarios varios medicamentos. Son inusualmente vulnerables a los efectos secundarios de los medicamentos, que pueden provocar un movimiento excesivo >e irritabilidad. La respuesta puede ser lenta, con algún beneficio continuado durante meses o años, pero puede no dar lugar a la resolución completa de todos los síntomas. Los síntomas pueden presentarse o empeorar durante otras enfermedades que pueda padecer el niño.

Los niños con deficiencia de TH suelen considerarse torpes o descoordinados y a menudo se les diagnostica inicialmente parálisis cerebral.

¿Qué causa la deficiencia de TH?

La deficiencia de TH se hereda como un rasgo autosómico recesivo. En los trastornos recesivos, la afección no se produce a menos que un individuo herede el mismo gen defectuoso para el mismo rasgo de cada uno de los padres. Un niño que recibe un gen normal y un gen de la enfermedad será portador, pero normalmente no mostrará síntomas. El riesgo de transmitir la enfermedad a los hijos de una pareja, ambos portadores de un trastorno recesivo, es del 25%. El riesgo es el mismo en cada embarazo.

¿Quiénes padecen la deficiencia de TH?

Actualmente no está claro si los hombres o las mujeres se ven afectados de forma diferente.

Sólo se han identificado unas pocas docenas de casos en todo el mundo hasta 2003. Se sospecha que muchos casos no se reconocen o se diagnostican erróneamente.

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